Teoría de las
pulsiones
La pulsión remite en Freud, siguiendo a O. Massotta, a dos
subcampos teóricos que convienen distinguir:
A) Por un lado al gran modelo pulsional que se constituye en
necesidad epistemológica en la medida que hace depender la neurosis y el
conflicto psíquico de la teoría del dualismo pulsional.
B) Por otro lado, a la doctrina de las pulsiones parciales.
Primer modelo
La pulsión = TRIEB, aparece por primera vez en 1905 en “Tres
ensayos…” y, por medio de la pulsión, Freud intenta abarcar, recortar, aquello
que es especifico de la sexualidad humana. Y tal especificidad exige un modelo
dualista, puesto que se trata de aislar las pulsiones sexuales de otro tipo de
pulsiones.
Diferenciar aquello que pertenece al Eros de lo que se
vincula a la relación del individuo y del medio.
Hambre y amor no son equivalentes entre sí, sino que ilustran
las diferencias entre las tendencias a la conservación del individuo por un
lado, mientras que por el otro el amor se enlaza a la sexualidad.
En la época de “Tres ensayos…”, apuntalaba el modelo
pulsional con el primer modelo de la defensa, allí donde las representaciones
penosas ligadas siempre a la sexualidad (el síntoma es la vida sexual de los
neuróticos) son disociadas de tráfico asociativo por obra de un yo que se opone
a la sexualidad.
El Yo es un conjunto de representaciones que mantienen entre
sí una relación de coherencia (aquello que Lacan llama la masa ideacional del
Yo).
Cuando tal coherencia no puede ser mantenida en la medida que
surgen representaciones penosas contrastantes, y no pueden ser incorporadas por
el vínculo que liga al conjunto, el Yo como agente de la represión produce la
escisión psíquica, a través de la constitución de un grupo psíquico separado.
Freud insiste en toda una serie de trabajos, con lo
siguiente: que el contenido de las representaciones rechazadas por Yo pertenece
al orden de la sexualidad.
Pero recién en este período comienza a criticar la idea
médica que identifica genitalidad y sexualidad tendiente a la reproducción de
la especie a través del acoplamiento de los genitales correspondientes de
individuos heterosexuales, y el surgimiento de dicha sexualidad en la pubertad.
Los motivos de la represión según el primer modelo resultan
exteriores al sujeto: Lo que Freud llama la
masa ideacional del Yo, este conjunto coherente de representaciones
parecieran tener que ver con una norma social moral.
Habría una red de normas y valores culturales que se
encarnarían en el individuo a través de su Yo, en conflicto con una sexualidad
que sólo puede expresarse sintomáticamente.
Este primer modelo resulta útil en relación a:
1.
Permite imaginar una génesis precisa de la sexualidad a través
de la erogeneización que, debido a la indefensión y la inmadurez biológica del
infante humano, éste queda ligado imprescindiblemente a los cuidados de la
madre o sustituto. Freud produce allí su concepto de ANLEHNUNG, anaclisis o
apuntalamiento. La sexualidad nace apoyada en los bordes exteriores del cuerpo,
que cumplieron una función biológica.
2.
Desarrolla el dualismo pulsional al dividir a las pulsiones
en:
2.1.
Pulsiones sexuales
2.2.
Pulsiones de autoconservación
Pero si la ANLEHNUNG, la sexualidad que nace apoyada en
aquellos lugares orificios corporales que sirven a funciones de
autoconservación, nace así, es porque se sostiene mal.
En 1911, con su texto “Trastornos psicogenéticos de la
visión”, ya no se trata de pulsiones sexuales versus pulsiones de autoconservación
o del Yo, fusionando de esta manera el modelo pulsional con el primer modelo de
la defensa.
Si el Yo como masa
ideacional, conjunto coherente de representaciones que tienen que ver con
una norma social cultural, se opone a la sexualidad, aparece la oposición
Cultura versus sexualidad. Pero la pregunta que surge es ¿qué hay en la
sexualidad que torna peligrosa para la cultura?
En 1911, cuando homologa las pulsiones de autoconservación a
las pulsiones del Yo: ¿se trata de entender que la expresión alude al núcleo de
tendencias e impulsos a la conservación de la vida, la adaptación a medio, la
homeostasis con los valores de la cultura?
Cuando Freud habla de las pulsiones del Yo, no lo haría para
entronizar las llamadas “funciones de relación” del yo tales como la atención,
la memoria, el uso sano de los órganos, sino que siguiendo la temática que lo
preocupa en 1911, con su texto “Trastornos psicogenéticos de la visión”, parece
difícil suponer que pueda haber alguna zona del Yo libre de conflictos, lo que
se trata es de arraigar al Yo y a sus funciones (puesto que las incluye) en las
pulsiones. De lo que se trata, intentando mantenernos fieles a la intención del
autor, es de convertir a este estado de “funciones” en función de la libido.
Para entender la ceguera psíquica hay que partir del
reconocimiento de que el ojo sirve a dos fines. Uno tiene que ver con las
alteraciones del mundo externo y sus objetos, función ligada a la vida; pero también
dice Freud que los ojos observan y apresan las cualidades del objeto erótico y
conducen su elección.
Resumiendo
Resumiendo
Primera teoría de las pulsiones
Aparece claramente explicitada en 1915 (Las pulsiones y sus destinos), y las
divide en:
- pulsiones de autoconservación y
- pulsiones sexuales (hambre y amor)
Segundo modelo
Pero la antítesis que surge entre las funciones de
conservación de la vida del individuo indiscernible de su medio cultural, y las
pulsiones sexuales, no parecen conformarlo.
“Podemos preguntarnos si el sojuzgamiento de las pulsiones
sexuales parciales, impuesto por las influencias de la vida, es suficiente por
sí solo para provocar los trastornos funcionales de los órganos o si han de
preexistir además circunstancias constitucionales que impulsen a los órganos a
exagerar su papel erógeno y provoquen con ello la represión de las pulsiones”.
La pregunta que surge es qué se entiende por circunstancias
constitucionales.
No hace sino designar en Freud una dificultad teórica, que en
ese momento de construcción de la teoría se vuelve límite.
En ese sentido señalábamos, siguiendo a Massotta, que el Yo
como paquete de funciones se convierte en función de la libido.
Resumiendo:
Resumiendo:
- Formulada en 1920 (Más allá del principio del placer)
- Las divide en:
- pulsiones de vida
- pulsiones de muerte (más literariamente, Amor yDiscordia).
- Como se ve, la teoría de las pulsiones en Freud fue, salvo en muy breves periodos de duda, es siempre dualista.
Diferentes definiciones de libido en la obra de Freud
La libido es definida
como la energía misma del deseo sexual, con lo que se afirma que el deseo
sexual es energético.
- En 1914, con su texto “Sobre introducción al Narcisismo”, las dificultades del cualismo pulsional se agudizan.
a) la teoría de la libido habla de una energía, la libido,
que carga y descarga objetos, y la teoría de las pulsiones pone el énfasis en
elementos llamados pulsiones, que buscan descargarse;
b) A grandes rasgos la libido es, en la primera teoría de las
pulsiones, la energía de las pulsiones sexuales, y en la segunda teoría, la
energía de las pulsiones de vida.
Desde el año 1908, Freud presionado por los trabajos de la
Escuela de Zurich y por las investigaciones de Abraham, estudia la psicosis y
sienta las definiciones psicoanalíticas siguientes:
Parafrenia:
Retracción de la libido del Yo.
Psicosis:
Incapacidad de ocupar libidinalmente los objetos extraños al
Yo.
Estos casos son los testimonios de un sujeto atrapado por su
libido, imposibilitado de salir del narcisismo.
En el caso Schreber, Freud había señalado que entre el
autoerotismo y la elección heterosexual de objeto habría una etapa intermedia
en la que el sujeto se toma a sí mismo como objeto sexual y lo denomina
narcisismo.
Havelock Ellis, Paul Nacke –autores de los catálogos sexuales
de fin de siglo-, habían hablado de la perversión del individuo que “toma como
objeto sexual a su propio cuerpo y lo contempla con agrado, lo acaricia y lo
besa, para llegar a una completa satisfacción”. Pero ese fenómeno que se vuelve
manifiesto en la psicosis y en la perversión remite como fenómeno secundario a
un momento constitutivo del sujeto.
Narcisismo
El autoerotismo, anarquía pulsional que hace del niño un
perverso polimorfo, se transforma en narcisismo
(síntesis de las pulsiones parciales) por un nuevo acto psíquico que tiene que
ver con la constitución del Yo. Ese nuevo acto psíquico tiene que ver con una
identificación que hace a la ecuación cuerpo = falo.
Si los orificios del cuerpo que cumplen funciones biológicas
se transforman en zonas erógenas, lugares a donde puede ir a parar la energía
del deseo, es porque hay un circuito en cuestión. El secreto de este circuito
es el narcisismo.
Si el narcisismo es el amor a la imagen de uno mismo, de la
satisfacción de la necesidad a la inscripción de la zona erógena debe mediar la
mirada y las caricias del otro, que inviste libidinalmente el cuerpo del niño.
(Los casos de hospitalismo, en el cual el niño es atendido y
alimentado por distintos personajes pero igualmente entra en depresión
anaclítica y finalmente al marasmo y la muerte, son ejemplificadores de lo que
está en juego no tiene que ver con la satisfacción de la necesidad).
Freud dirá entonces: “que el narcisismo no sería ya una
perversión sino el complemento libidinoso del egoísmo del instinto de
conservación, egoísmo que atribuimos justificadamente a todo ser vivo”.
En esta definición de lo que se trata es de no perder el gran
modelo pulsional al mismo tiempo que la manera de entender la represión.
Si la libido se entroniza en el Yo, la crítica de
pansexualismo que se le hace al psicoanálisis es válida.
Por otro lado está la polémica con Jung en el plano del
monismo que éste plantea, donde la libido no es sino energía psíquica.
Si el yo ha sido libidinizado, ¿cuál es el lugar de las
tendencias y pulsiones no sexuales?
En
1914, la
teoría de las pulsiones se desmorona.
Freud reemplaza el antiguo dualismo por libido del Yo versus
libido objetal, oposición que está lejos de agotar todos los componentes.
Hemos visto que recaen en el Yo componentes no libidinales de
egoísmo.
Entre
1914 y 1920, la preocupación de Freud parece recaer en estos componentes
no libidinales, que son el residuo, el resto que deja el trabajo sobre el
narcisismo.
El vacio está relacionado con el vinculo, el nexo que vincula
la agresividad con el narcisismo.
Desde 1900, Freud ha ido descubriendo los juegos significantes en el suelo, en el
chiste, sus
desplazamientos y su dialéctica que introducen una racionalidad
allí, donde hasta ese momento sólo se trataba de actos sin sentido. Se trata
entonces del destino de esa racionalidad que introduce en las que Lacan llamaba
formaciones del inconsciente, tales como los sueños, los síntomas, los lapsus,
el chiste y estos agujeros o vacios a los que asintomáticamente la teoría se va
acercando.
En 1915 Freud
escribe el texto “Las pulsiones y sus vicisitudes” , en donde vincula las
tendencias agresivas a las pulsiones yoicas.
Si en “Introducción al narcisismo” se construye el destino
del objeto en relación con la libido yoica, aquí se trata de la relación de la
libido con el odio.
El objeto aparece con el narcisismo primario, cuya actividad
es el autoerotismo, para satisfacer las pulsiones de conservación;
simultáneamente se hace presente lo contrario del amor: el odio.
Si bien Freud hasta ese momento no había negado la existencia
de omponentes agresivos ligados a actividades eróticas, les había negado
estatuto pulsional.
En 1908, Adler se le había adelantado y así lo reconocerá
Freud en la “Historia del Movimiento Psicoanalítico”.
En CONFERENCIAS DE PSICOANÁLISIS (1932), dice Freud:
“La teoría de las pulsiones es, por
así decirlo, nuestra mitología. Las pulsiones son seres míticos, grandiosos en
su indeterminación”.
Definición de pulsión
Examinaremos aquí la definición de pulsión, su diferencia con el instinto, y los 4 componentes
básicos de la pulsión según Freud.
PULSION:
Proceso dinámico
consistente en un empuje (carga energética, facto de motilidad) que hace tender
al organismo hacia un fin.
Según Freud,
una pulsión tiene su fuente en una excitación corporal (estado de tensión); su
fin es suprimir el estado de tensión que reina en la fuente pulsional; gracias
al objeto, la pulsión puede alcanzar su fin (Laplanche, 324).
En “ESQUEMA DEL PSICOANALISIS(1938), Freud afirma: “llamamos pulsiones a las
fuerzas cuya existencia postulamos en el trasfondo de las tensiones generadoras
de las necesidades del ello”.
Al preguntarse Freud si la pulsión es una fuerza somática o
una energía psíquica, responde que se trata de un concepto límite entre lo
psíquico y lo somático (Freud,TRES ENSAYOS SOBRE UNA TEORíA SEXUAL).
Recurrirá al concepto de REPRESENTANTE para explicar esta situación (véase más
adelante). entendiendo por tal una especie de delegación enviada por lo
somático al psiquismo (Laplanche, 326).
Un concepto muy relacionado con
‘pulsión’ es ‘instinto’. El primero es un concepto del psicoanálisis, y el
segundo un concepto clásico de la biología:
En Pulsiones, determina la anterioridad del sadismo con
respecto al masoquismo y los liga a partir de la estructura íntima de la
pulsión: vuelta contra la propia persona y la conversión en lo contrario (de
los otros destinos de la pulsión = SCHICKSAL, represión y sublimación, tratará
en otra arte de su obra; aquí se ocupa de la vuelta contra la propia persona,
conversión en lo contrario). El sadismo no es sino el resultado de una relación
primaria, prototípica, que tiene que persona?ver con el control de su propio
cuerpo a través de la musculatura. No existe a fin de causar dolor. Se trata de
una tendencia activa hacia el mundo exterior, presidiendo la aparición y
constitución del sadismo. Obviamente existe una distancia entre la pulsión de
dominio (para adquirir el control de los propios miembros) y lo que constituirá
la esencia del sadismo, el goce del dolor del otro.
Sin esta dirección de la tendencia, no es posible hablar de
sadismo. Para que el dolor sea experimentado es necesario que se transforme en
masoquismo. Recién allí, el sádico por identificación con el masoquista buscará
el dolor como satisfacción.
Como síntesis es necesario afirmar que no hay sadismo sin
experiencia masoquista.
¿Qué es lo que haría entender por ese retorno al propio
sujeto que tiene que ver con el fin pulsional en la transformación de lo
contrario y con el cambio de objeto, en la orientación contra la propia
persona?
A lo que parece referirse Freud, es que lo prototípico de la
pulsión tiene que ver con un trazado, la forma de un recorrido de ida y vuelta.
“Si la pulsión puede satisfacerse sin haber alcanzado lo que,
con respecto a una totalización biológica de la función seria la satisfacción
en su finalidad de reproducción, se debe a que es pulsión parcial, y que su fin
no es otro que ese retorno en circuito”.
Si el objeto es lo más contingente en lo que se refiere a los
elementos de la pulsión (presión, fuente, objeto, fin) el trazado que realiza
la pulsión no hace sino bordear la presencia de un hueco.
Así ningún alimento satisfará jamás a la pulsión oral, a no
ser contorneando el objeto que eternamente falta.
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