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Pulsiones de autoconservación
En relación con las pulsiones de
autoconservación se habla también de pulsiones del yo.
En un primer momento ambas
expresiones eran sinónimas, pero luego Freud introdujo una
distinción, la que de todas maneras no es tan neta, pues las pulsiones del yo apuntan
a la autoconservación
del individuo (Laplanche,
345):
PULSIONES DE AUTOCONSERVACION:
Término mediante el cual Freud designa
el conjunto de las necesidades ligadas a las funciones corporales que se
precisan para la conservación de la vida del individuo; su prototipo viene
representado por el hambre. Dentro de su primera teoría de las pulsiones,
Freud contrapone las pulsiones de autoconservación a las pulsiones
sexuales (Laplanche, 333).
Si bien toma como prototipo el
hambre, Freud parece admitir que hay otras muchas pulsiones de
autoconservación vinculadas a las correspondientes funciones orgánicas
(nutrición, defecación, emisión de orina, actividad muscular, visión, etc.) (Laplanche,
334-335).
PULSIONES DEL YO:
Dentro del marco de la primera
teoría de las pulsiones (tal como fue formulada por Freud en los
años 1910–1915), las pulsiones del yo designan un tipo
específico de pulsiones cuya energía se sitúa al servicio del yo en el
conflicto defensivo: son asimiladas a las pulsiones de autoconservación y se
oponen a las pulsiones sexuales (Laplanche, 344).
La contracción ‘del’, en la
expresión ‘pulsiones del yo’ significa dos cosas: por un lado son pulsiones que
emanan o derivan del yo y son dirigidas hacia objetos exteriores, y por el otro
lado son pulsiones que toman al yo como objeto, se fijan a él (Laplanche,
345).
En relación con las pulsiones de
autoconservación o del yo (a grandes rasgos aquí las tomaremos como sinónimos),
Laplanche define 3 conceptos freudianos: interés del yo,
egoísmo, y concorde con el yo:
INTERES DEL YO:
Término utilizado por Freud en
el marco de su primer dualismo pulsional: energía de las pulsiones de
autoconservación, en contraposición a la libido o energía de las pulsiones
sexuales (Laplanche, 200).
EGOISMO:
Interés del yo por sí mismo. Suele
diferenciarse egoísmo y narcisismo: el egoísmo se define como una catexis por
las pulsiones del yo, y el narcisismo como catexis del yo por las pulsiones
sexuales (Laplanche, 105).
CONCORDE CON EL YO:
Término que sirve para calificar
las pulsiones o las representaciones aceptables por el yo, es decir,
compatibles con su integridad y sus exigencias.
Las pulsiones concordes con el yo
se oponen a las pulsiones sexuales, en la medida en que estas están destinadas
a ser reprimidas cuando se muestran inconciliables con el yo (Laplanche,
75).
Excelente información
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