Historia de la Psicología
Los primeros filósofos
griegos
Parménides (515-474 A.C.)
“El devenir se ha
extinguido y la destrucción ha desaparecido totalmente”. Para Parménides es nuestro mundo del
Devenir una simple apariencia; el Mundo del Ser es la verdad misma.
Parménides no tiene
ninguna intención de explicar con su doctrina de lo Ente el mundo natural de la
multiplicidad y el movimiento.
La negación de éste lo hace
fundador de la metafísica griega.
Lo ENTE es no generado,
imperecedero, íntegro, único, inconmovible, temporalmente sin límites y
completo; estos predicados muestran claramente la dirección del pensamiento de
Parménides: éste tiende a alejarse del devenir, hacia un Ser absoluto que es algo
enteramente distinto y considera como su propio y especial logro el haber
sacado al Ser del reino de la experiencia inmediata de los sentidos.
Si en Heráclito el
proceso de generación y corrupción es una mutua y constante transformación de
los contrarios, en Parménides, generación y corrupción se explican de otra
manera: la cosa que está presente ya pronto no existirá.
El verdadero Ser no puede
tener nada en común con el NO-SER. Ni tampoco puede ser múltiple.
Parménides expuso su
doctrina bajo un poema épico, que constaba de dos partes: El camino de la
opinión y El camino de la unidad, uno verosímil y el otro fidedigno
respectivamente.
La doctrina de Parménides
giró alrededor de la naturaleza y función del pensamiento, el cual tenía
permanencia, lo que le faltaba a la percepción sensible de que se ocupó
Heráclito. Por otra parte, Parménides desconfió de los sentidos: “eran los ojos
y los oídos justo los órganos que extraviaban a los hombres”.
Volviendo al pensamiento,
en una parte de su poema, Parménides dice: “Pues
pensar y ser son uno y lo mismo”. El
Intelecto de Parménides lo conduce inevitablemente a una crítica del
conocimiento humano. El simple hecho de que se sirve de la imagen de las dos
vías para exponer su teoría, muestra cuanto está dominado por este motivo. Esto
se ve confirmado por la forma en que se ven las dos partes de su obra, como
tratando con la “verdad” y la “apariencia” respectivamente, con lo que sitúa
así la metafísica de la primera parte, como la física de la segunda, dentro de
una perspectiva epistemológica o crítica.
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