La reflexología
Constituye otro aporte singular a la organogénesis.
Pavlov entiende a la enfermedad mental como el resultado de un
debilitamiento funcional constitucional del cerebro y del intento de adaptación
en condiciones de esfuerzo.
Toda una serie de cambios en las actividades de los centros de
nutrición, metabólicos, circulatorios, etc., originan un estado patológico de
inhibición de la corteza cerebral. Los estímulos provenientes del exterior
debido a esta inhibición, comienzan a debilitarse mientras magnificados los
provenientes del interior tales como las fantasías, pensamientos absurdos,
alucinaciones, etc.
Entonces las anomalías en el funcionamiento del sistema nervioso
central, la inhibición en la corteza y el debilitamiento del estímulo conducen
a la aparición de la patología mental.
Las neurosis son provocadas por trastornos crónicos de las funciones del
sistema nervioso superior y en general todos los cuadros patológicos se
originan por una combinación de factores (debilitamiento de los procesos de
excitación, inhibiciones corticales, movilidad del proceso neuronal, estímulos
excesivamente fuertes, etc.) que dependen directamente de la actividad del
cerebro.
El trabajo y los intercambios sociales que éste supone tienen un papel
muy importante en la estructuración del psiquismo.
El lenguaje y la cultura
configuran un “segundo sistema de señales”, peculiarmente humano.
La
señalización verbal implica la posibilidad de pensar (generalizar y abstraer)
así como la comunicación complejizada con otras personas.
La interrelación de la actividad del sistema nervioso central y el mundo
externo explicaría los procesos psíquicos que serían el resultado de lo
anterior y de una especie de duplicación de los procesos fisiológicos. Dentro
de este contexto, el reflejo resulta la unidad de análisis de todos los
procesos orgánicos, psicológicos, y psicopatológicos.
He aquí una experiencia ampliamente conocida: si ponemos alimento en la
boca de un perro, luego de uno o dos segundos, el animal empieza a segregar
saliva. Se trata de un acto reflejo o sea de una respuesta constante del perro
a un estímulo que le llega del medio ambiente. Es un reflejo innato, nace con
el animal.
Si antes de darle el alimento hacemos sonar una campanilla, luego de
cierto número de experiencias, el animal comenzará a salivar, aun cuando no le
hayamos dado el alimento.
Se trata de un reflejo condicionado.
“…La condicion fundamental para la formación de un reflejo condicionado
es generalmente la coincidencia en el tiempo, por una o más veces, de una
excitación indiferente con un estímulo absoluto”. En el ejemplo utilizado, la
campanilla ha sido el estímulo indiferente.
Y el estímulo absoluto lo constituye el suministro del alimento, ligado
directamente a la secreción salivar.
(…) Los reflejos condicionados tornan infinitamente más complejas y más
precisas las relaciones entre el mundo externo y el organismo. En nuestra vida
ellos son numerosos y constituyen la base de nuestras costumbres, de la
educación y la disciplina. La fase ulterior del perfeccionamiento de las
relaciones entre el ambiente y el organismo consiste en el hecho de que los
reflejos condicionados como reflejos de señalación sufren una corrección final
y constante. Si en el curso de la vida no son seguidos por los importantes
fenómenos que los mismos señalan, están suprimidos… como si estuvieran
gobernados por un principio de economía… Esto está provocado por un proceso
nervioso especial, al cual la terminología comúnmente usada en fisiología da el
nombre de inhibición”.
Ahora mientras los animales toman contacto con la realidad sólo mediante
las señales del mundo externo, que actúan directamente sobre sus órganos
sensoriales, el hombre se contacta con la realidad mediante un segundo sistema
de señales que se apoya sobre el primero, representado por las palabras, “las
señales verbales” o “señales de señales”.
Dice Pavlov: “… Si nuestras representaciones y nuestras sensaciones que
se refieren al mundo externo son para nosotros las primeras señales de la
realidad, las señales concretas, las palabras constituyen las segundas señales,
las señales de las señales. Las mismas son la abstracción de la realidad y
permiten la generalización, lo que constituye el pensamiento superior,
específicamente humano, que crea primero el empirismo y finalmente la ciencia,
arma la orientación superior del hombre en el ambiente externo”.
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