Historia de la psicopatologia
EL METODO FENOMENOLOGICO
Es conveniente deslindar en una primera aproximación
el doble sentido que encierra la palabra “fenomenología”.
Por una parte alude a una doctrina, el idealismo
trascendental de Husserl y por otra parte a un método de trabajo rigurosamente
articulado. Es en este segundo sentido que nos interesa.
Las bases del método fenomenológico descansan en dos
principios complementarios: la epojé fenomenológica y estricto ajusta a lo dado
(*).
(*) AJUSTE A LO DADO: Ajuste a lo dado no significa
igualar lo dado con la experiencia sensible, error en el que caen algunas
corrientes positivistas.
La epojé fenomenológica, es una puesta
entre paréntesis de todo presupuesto subjetivo, teórico o de tradición, para de
esta manera poder ver los hechos y describirlos sin deformación tan como se
muestran.
El segundo principio, volver a las cosas mismas,
significa literalmente tomar como objeto de investigación al fenómeno. El
fenómeno es lo inmediato cognoscible bajo sus aspectos, con plenitud de
evidencia incuestionable.
En otras palabras, un elemento irreductible,
original, que aparece en la consciencia una vez realizada la epojé. Si el
fenómeno es el objeto, el instrumento para su captación, el acto mediante el
cual se llega a penetrar en su sentido constitutivo es la intuición de
esencias.
En este acto se da una convergencia de lo universal
y lo particular que consiste en la captación de la esencia de un hecho,
entendida no como una entelequia sino como experiencia vivida.
Merleau Ponty señala que es un acto concreto “pero
en tanto que por medio de mis experiencias concretas aprehende además el hecho
contingente una estructura inteligible que se impone cada vez que pienso en el
objeto intencional del cual se trata, obtengo por su intermedio un conocimiento
que no me encierra en ninguna particularidad de mi vida individual y alcanza
así un saber válido para todos” (Merleau Ponty).
Por ejemplo (el ejemplo es de Merleau Ponty) la
novena sinfonía no está encerrada en el lapso de tiempo en el cual dura su
ejecución, sino que sólo hace una aparición en él, que puede repetirse, tantas
veces como sea ejecutada. En un elemento cultural no reductible a su ejecución.
La ejecución de la novena sinfonía en mí y la novena sinfonía en sí no son
términos idénticos. “De esta manera que si yo lograse separar de mi experiencia
todo lo que ella implica o tematizar lo que se ha permitido vivir en ese
momento arribo a algo que no es singular, que no es contingente, y que es la
novena sinfonía en su esencia” (Merleau Ponty).
Puede advertirse por lo tanto que la experiencia
abarca dos aspectos distinguibles: El hecho que vivo y lo que vive por medio de
él. En otras palabras, la intuición fenomenológica apunta, a captar la esencia
por medio de la experiencia vivida por la cual se nos revela, en un acto
personal, como única posibilidad de conocimiento.
La primera tarea que le incumbe a la fenomenología
es la descripción rigurosa y exacta de los fenómenos entendida como
profundización progresiva de los aspectos de lo real, no para deducirlos unos
de otro, sino para determinarlos y definirlos con claridad. Lo así conocido no
son las meras apariencias sino los rasgos estables, la esencia de los
hechos. (*)
(*) ESENCIA:
En la medida en que Platón consideró las Ideas o
Formas como modelos o “realidades verdaderas”, los vio como esencias.
Comenzando con Aristóteles un análisis apropiado de la idea de esencia. Quien
considera como esencial al qué de una cosa, esto es no que la cosa sea (o al
hecho de ser la cosa) sino qué es.
El existir de la sustancia compuesta, escribe Santo
Tomás, no es sólo el existir de la forma, no sólo el existir de la materia,
sino de su compuesto, la esencia, por otra parte, es aquello según lo cual se
dice que la realidad existe. Por ente no sea tan solo la forma sea a su manera
la causa de su ser.
La noción de esencia desempeña un papel capital en
la filosofía de Hegel. Par quien, el absoluto parece primero como ser, y luego
como esencia. “La esencia es la verdad del ser”.
En la actualidad, las dos completas y complejas
doctrinas son las desarrolladas por Husserl y los fenomenólogos y por Xavier
Zubiri.
Para los fenomenólogos son “unidades ideales de
significación” o “significaciones” que se dan a la conciencia intencional
cuando esta procede a describir pulcramente lo dado. Son intemporales y
aprióricas. Son “universales” no “abstractas” y si “concretas”.
Continuando con lo expuesto vemos que:
Karl
Jaspers define la misión de la psicopatología fenomenológica de la siguiente
manera:
“La fenomenología tiene
la misión de presentarnos intuitivamente los estados psíquicos que experimenten
realmente los enfermos, de considerarlos según su afinidad, de limitarlos y
distinguirlos lo más estrictamente posible y de aplicarlos términos precisos”.
Se trata por lo tanto, de una descripción única y
exclusiva basada en la contemplación del enfermo.
“En la fenomenología
importa más ejercita la contemplación exacta de lo experimentado directamente
por los enfermos, para hacer reconocible lo idéntico en lo múltiple”.
Sobre esta concepción metódica es que Jaspers
desarrolló los fundamentos del “metro de las cuatro D”: delimitar, discriminar,
describir, y denominar. “El primer paso para la captación científica de lo
psíquico es tamizar, distinguir, describir, determinados fenómenos
experimentaos que son claramente representados y llamados regularmente con un
término preciso”.
En esta perspectiva hacemos una absoluta abstracción
de la génesis de los procesos mórbidos y de cualquier conceptualización teórica
para su explicación; sólo interesa lo que realmente se experimenta.
Si resumiéramos la misión de una psicopatología
fenomenológica podríamos decir que su finalidad es describir vivencias,
diferenciarlas y denominarlas de “modo tal que lo mismo siempre con los mismos
términos signifique lo mismo”. Que cuando por ejemplo, hablamos de delirio, nos
referimos a una creencia subjetiva e irreductible y cuando decimos alucinación
nos estamos refiriendo a una percepción sin objeto.
Esta mirada o aproximación sólo permite un
acercamiento estático a los hechos y justamente en psicopatología no solo es
importante el fenómeno aislado, aun más importante es el dinamismo y la génesis
de los mismos. Lo que nos lleva a plantear la necesidad de estructurar una
metodología que incluya la dimensión diacrónica el psiquismo patológicamente
alterado, que es para el mirar jasperiano, el método comprensivo.
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