Elementos
de semiología (primera parte)
1
LENGUA
Y HABLA
1-2
Perspectivas semiológicas
1-2-1-
Postularemos
pues la existencia de una categoría general lengua/habla
extensiva a todos los síntomas de comunicación a falta de otra designación conservaremos
aquí los términos lengua y habla aun cuando se apliquen a comunicaciones cuya
sustancia no es verbal.
1-2-2-
Ejemplo
vestido: 3 sistemas diferentes; según
la sustancia que interviene en la comunicación. El vestido escrito, es decir
descrito por una revista de modas mediante el lenguaje articulado, el vestido
“descrito” no corresponde nunca a una ejecución individual de las reglas de la
moda, es un conjunto sistemático de signos y de reglas: es una lengua en estado
puro (…) lo que vuelve el hecho posible es por una parte que la lengua de moda
no emana de la “masa hablante” sino de un grupo de decisión que elabora
voluntariamente el código y por otra parte que la obstrucción inherente a toda
lengua se materializa aquí bajo la forma del lenguaje escrito: el vestido de
moda (escrito) es la lengua a nivel de la comunicación vestimentaria y habla a
nivel de la comunicación verbal.
La lengua vestimentaria está
constituida por:
-
Por las oposiciones de piezas, aplicaciones o “detalles” cuya
variación provoca un cambio de sentido.
-
Por las reglas que presiden la asociación de las piezas entre “sí”
el habla vestimentaria comprende todos los hechos de fabricación anómica (que
ya no subsiste en nuestra sociedad) o de porte individual. En cuanto a la
dialéctica que une aquí el vestido (lengua) y el modo de vestirse (habla) no se
parece a la del lenguaje.
1-2-3-
Otro
sistema de significación: la alimentación:
La lengua alimentaria está
constituid por:
-
Por reglas de exclusión: (tabúes alimentarios)
-
Por las oposiciones significantes de unidades que quedan por
determinar (ejemplo: dulce/salado)
-
Por las reglas de asociación ya sea simultanea (a nivel de un
alimento) o sucesiva (a nivel de un menú)
-
Por los protocolos (retorica alimentaria)
En
cuanto al “habla alimentaria” sumamente rica, comprende todas las variaciones
personales de preparación y asociación.
La
relación entre lengua y habla sería en este caso muy semejante a la que
encontramos en el lenguaje: en términos generales, la lengua alimentaria se
forma a partir del uso, es decir de una suerte de sedimentación de las palabras
(…) la lengua alimentaria solo se constituye a partir de un uso ampliamente
colectivo o de un “habla” individual.
1-2-4-
El automóvil y el mobiliario
En
el automóvil la lengua está
constituida por un conjunto de formas y de “detalles” cuya estructura se
establece diferencialmente comparando los prototipos entre sí; el habla es muy
reducida pues para cada nivel de precio la libertad de elección del modelo es
extremadamente limitada.
Encontraremos
entonces en la conducta automóvil las variaciones de uso del objeto que
constituyen por lo general el plano del habla ya que el usuario no puede en
este caso actuar directamente sobre el modelo para combinar sus unidades. Su
libertad de ejecución apunta a un uso que se desarrolla en el tiempo y en cuyo
interior las “formas” provenientes de la lengua deben para actualizarse pasar
por una serie de prácticas sucesivas.
El
mobiliario: también él constituye un
objeto semántico la “lengua” está formada a la vez por las oposiciones de
muebles funcionalmente idénticos cada uno de los cuales remite según su
“estilo” a un sentido diferente y por las reglas de asociación de las
diferentes unidades a nivel de la pieza (amoblamiento), en este caso el “habla”
está formada, ya sea por las variaciones insignificantes que el usuario puede
introducir en una unidad o por las libertades de asociación de los muebles
entre sí.
1-2-5-
Los
sistemas más interesantes son sistemas complejos en los que intervienen
sustancias diferentes. En el cine, la televisión y la publicidad, los sentidos
son tributarios de una suma de imágenes, sonidos y grafismos, es pues prematuro
fijar para estos sistemas, la clase de lugar, mientras no se haya decidido si
la “lengua” de cada uno de estos sistemas complejos es original o simplemente
compuesta por las “lenguas” subsidiarias que en ella participan, y en segundo
lugar, mientras no se hayan analizando estas lenguas subsidiarias (conocemos la
“lengua” lingüística, pero ignoramos la “lengua” de las imágenes o de la
música”. En cuanto a la Prensa, que podeos considerar razonablemente como un
sistema de significación autónomo, aun cuando nos limitemos a sus elementos
escritos, ignoramos todavía casi todo de un fenómeno lingüístico que parece
desempeñar en este caso un papel fundamental: la connotación, es decir el
desarrollo de un sistema de sentido secundario, (…) este sistema secundario es
también el una “lengua” respecto de la cual se desarrollan hechos de habla,
idiolectos y estructuras dobles. Pero estos sistemas complejos o connotados, no
es pues posible predeterminar ni siquiera de un modo global e hipotético la
clase de los hechos de la lengua y la de los hechos del habla.
1-2-6-
La
extensión semiológica de la noción lengua/habla no deja de plantear algunos
problemas.
El
primer problema se refiere al origen del sistema, es decir a la dialéctica
misma de la lengua y del habla. En el lenguaje solo entre en la lengua lo que
fue previamente probado por el habla, a la inversa, un elemento del habla solo
es posible (…) si fue tomado del “tesoro” de la lengua.
Pero
en la mayoría de los otros sistemas semiológicos, la lengua está elaborada, no
por la “masa hablante” sino por un grupo de decisión, en este sentido puede
decirse que en la mayor parte de las lenguas semiológicas, el signo es
verdaderamente “arbitrario”, puesto que está fundamentado de modo artificial
por una decisión unilateral.
1-2-7-
El
segundo problema planteado por la extensión semiológica de la noción
lengua/habla apunta a la relación de “volumen” que puede establecerse entre las
“lenguas” y sus “hablas”. En el lenguaje, existe una desproporción muy marcada
entre la “lengua”, conjunto finito de reglas y las “hablas” que se ubican bajo
esas reglas y cuyo número es prácticamente infinito (…). De este modo habría
que reconocer en los sistemas semiológicos (no lingüísticos) tres planos (y no
dos): el plano de la materia, el de la lengua y el del uso.
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