El pensamiento en LA Edad Moderna y Contemporánea. Su contexto
histórico y cultural
b) El empirismo. Sus
representantes
El empirismo
sostiene que todos nuestros conocimientos proceden de la experiencia externa o
interna.
Para los
empiristas las fuentes de nuestros conocimientos son dos:
-
La experiencia interna
-
La experiencia externa
Definición del
diccionario:
1.
Proposición sobre las fuentes de
conocimiento: que la única fuente de conocimiento es la experiencia, o que
independientemente de la experiencia no es posible ningún conocimiento en
absoluto o ningún conocimiento con referencia existencial. La “experiencia”
puede entenderse como todo contenido consciente, los solos datos de los
sentidos u otro contenido intencional.
2.
Así el empirismo puede tomar la forma de
la negación de la posibilidad de obtener a priori ningún conocimiento o al
menos e conocimiento sobre existentes, negación de que haya un conocimiento
valedero con independencia de una experiencia pasada, presente o futura;
negación de que haya un conocimiento instintivo nativo o innato, negación de
que la prueba de la verdad sea la evidencia racional o claridad para la razón
natural, negación de que se pueda adquirir algún conocimiento mediante el
hallazgo de una idea cuyo opuesto fuera inconcebible , negación de que haya
presupuestos necesarios de todo conocimiento, o de todo lo conocido con
certeza, negación de que pueda establecerse verdad alguna por el hecho de que
negarlas implicaría reafirmarlas o negación de que definiciones o suposiciones
convencionales o negación de que definiciones o suposiciones convencionales o
arbitrarias produzcan conocimiento.
3.
El empirismo afirma que la única fuente
del conocimiento es la experiencia sensible. El sujeto cognoscente no elabora
sus conocimientos con la inteligencia, sino que los saca solo de la experiencia
sensible. El espíritu humano es como una TABLA RASA, una hoja de papel en la
que la experiencia va anotando sus datos. JOHN LOCKE, empirista y acérrimo
opugnador del INNATISMO sostiene que: “todo lo que está en el entendimiento y
como está en el entendimiento, ha estado ya antes en los sentidos”,
interpretando a su modo el antiguo principio de los escolásticos: “nada hay en
el entendimiento que antes no haya estado en el sentido”. Empirista fue también
DAVID HUME, quien pensaba que los contenidos de la conciencia proceden sin
excepción de la experiencia. CONDILLAC reconoce una sola fuente de
conocimiento: la sensación, su doctrina se denomina sensualismo. Para él, el
alma posee una sola facultad: la de experimentar sensaciones. Así el
pensamiento no es otra cosa que una facultad refinada de elaborar sensaciones,
la vida psíquica es, ni más ni menos una metamorfosis de la sensación. STUART
MILL extiende la tesis empirista hasta el campo mismo de los conocimientos
matemáticos y con su teoría del asociacionismo, explica el origen de las ideas:
estas no son otra cosa que una asociación de sensaciones.
4.
Contrariamente al racionalismo,
empirismo se aferra a la experiencia sensible y se opone a toda metafísica.
REPRESENTANTES
DEL EMPIRISMO
JOHN
LOCKE (1632-1704)
Primer gran
empirista británico, negó la experiencia de ideas, categorías o principios
morales innatos.
La mente al
nacer es una TABULA RASA.
Todo su
contenido deriva de la experiencia sensible y se construye por reflexión sobre
los datos sensibles. La reflexión se efectúa por medio de la memoria y las
actividades de contemplación, distinción, comparación en materia de semejanza y
diferencia y recomposición imaginativa. Incluso las más abstractas nociones e
ideas, como infinitud, causa y efecto, substancia e identidad que aparentemente
no son dadas por la experiencia, se ajustan también a la regla. Así “infinitud”
corresponde a nuestro reconocimiento de la imposibilidad de limitar de hecho o
en la imaginación la extensión espacial y temporal de la experiencia sensible:
“substancia”, al de la imposibilidad de percibir o entender por qué algunas
cualidades se congregan en grupos separados, “fuerzas”, “causas” y “efecto”, al
de la percibir o entender por qué y cómo esos grupos se siguen y aparentemente
se producen unos a otros y como nuestras valoraciones “producen” los
movimientos que las hacen efectivas.
Incidentalmente,
Locke define la libertad no como libre elección pues la elección está siempre
suficientemente motivada, sino como libertad de acción de acuerdo con la propia
elección. La identidad de las cosas es entendida por Locke como derivada de la
continuidad espacial y temporal del contenido de grupos de sensaciones, la
libertad de estructura, de la continuidad de disposición de un contenido
cambiante, la identidad de la persona de la continuidad de la conciencia
mediante la alternativa de personalidades distintas de un mismo cuerpo o la
transferencia de una misma personalidad de un cuerpo a otro.
GEORGE
BERKELEY (1684-1753)
El trasfondo del
pensamiento de Berkeley está constituido por su religiosidad y por su
fundamental adhesión al tradicional platonismo inglés, tan vivo como el no
menos tradicional empirismo, tendencias ambas que no siempre estuvieron en
pugna y que ahora concurrirán a una síntesis en este pensador.
“El trasfondo
del pensamiento de Berkeley está constituido por su religiosidad y por su
fundamental adhesión al tradicional platonismo inglés, tan vivo como el no
menos tradicional empirismo, tendencias ambas que no siempre estuvieron en
pugna y que ahora concurrirán a una síntesis en el pensador irlandés.
…No hay pues
realidad extramental sino solo representaciones, ser no es más que SER
PERCIBIDO. Esta reducción de las cosas materiales al hecho de ser percibidas es
lo que se llama INMATERIALISMO. (…) no hay que entender esta reducción como que
las cosas son IDEAS y que estas son “ficciones”, las ideas tienen una suerte de
existencia objetiva (…) en cuanto son independientes de cada mente en
particular, es decir poseen una cierta exterioridad que hace que la “mesa” que
dejamos de ver puede ser vista por otro en el mismo lugar. No dejan de ser
ideas pero no como ficciones sino como “objetos inmediatos del entendimiento”.
Hay ideas pues y un sujeto que las percibe. Este sujeto es un yo espiritual del
que tenemos una intuición directa y cierta. Pero además estas ideas deben tener
una causa ya que no son provocadas como el Locke por la misma realidad
material. Y esa causa no es sino Dios y las ideas, o la naturaleza son su
lenguaje. Solo existen pues realidades espirituales: Dios y las almas; el
cuerpo no es más que un conjunto de sensaciones que experimenta el espíritu
(espiritualismo). Estamos pues ante una nueva forma de IDEACISMO un idealismo
que es tal porque la realidad material ha quedado reducida a ideas
(psicológicas o subjetivas).
HUME
(1711-1776)
El conocimiento:
Si lo que
efectivamente conocemos son solamente las representaciones, no hay suficiente
prueba de la existencia de las cosas espirituales, como Dios o las almas. Luego
solo existen esas representaciones. Pero Hume matiza el significado de los
términos. Por de pronto distingue entre representación
actual o impresión y la representación que perdura o permanece o si
reproduce en la mente o idea, con lo cual el significado de este vocablo queda
restringido en relación con Locke.
Pero las ideas
pueden ser simples o compuestas.
Yo: El yo es
también una idea compuesta y por ello falsa. El yo no es más que un haz de
percepciones.
Causalidad: Cada
vez que se produce un “fenómeno A” se produce un “fenómeno B”, pero sería
gratuito atribuir una relación de causalidad entre ambos fenómenos.
Las ideas y las
impresiones no aparecen aisladas entre sí, por el contrario exhibir un cierto
orden una suerte de vínculo que no es casual sino que responde a que existen leyes que rigen la relación entre
las ideas, leyes llamadas de asociación. Estas leyes son:
-
la de semejanza,
-
la de contigüidad, y
-
la de
causa-efecto
Hume es
concluyente: no hay mundo exterior, pero tampoco hay alma ni Dios –al menos
cognoscibles y demostrables-. Solo hay ideas regidas por las leyes de
asociación.
El bien y el mal
no significan nada en sí mismos, sino que dependen de los hábitos y afectos
humanos. En cuanto a la Religión, Hume es un escéptico ante la revelación y por
supuesto ante la racionalidad de la misma. Solo parece admitir
condescendientemente una suerte de religión natural en tanto fustiga duramente
cualquier dogma o milagro.
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