El pensamiento en La Edad Moderna y Contemporánea. Su contexto
histórico y cultural
c) EL IDEALISMO. SUS
REPRESENTANTES
Idealismo
“Un sistema o
doctrina cuyo principio interpretativo fundamental es ideal. En sentido amplio
cualquier sistema teórico o práctico que acentúe la importancia de la mente
(alma, espíritu, vida) o lo que es característico de ella o de valor o
significación preeminentes para ella. Negativamente es lo opuesto al
materialismo.
El idealismo
pone de relieve lo supra o no espacial, no pictórico incorpóreo, suprasensible
normativo o valorativo y teleológico.
Este término
apareció a fines del siglo 17, para nombrar:
a.
La teoría de las ideas arquetípicas ya
sea la de la doctrina platónica ya estas mismas incorporadas al teísmo
platónico cristiano o al escolástico.
b.
La doctrina epistemológica de Descartes
y Locke según la cual “ideas” es decir objetos directos de la aprehensión
humana son cosas poseídas subjetiva y privadamente. A partir del momento en que
esta última opinión puso en duda la existencia real de un mundo material, el
termino empezó a usarse a principios del siglo 18 para indicar acosmismo (según
el cual el mundo exterior no es más que una proyección de la mente) e
inmaterialismo (doctrina de la inexistencia de seres materiales)
El idealismo (…)
es la forma más difundida de subjetivismo gnoseológico puesto que el
conocimiento no es más que idea sin correlato objetivo, por lo menos
cognoscible, no es posible saber si a nuestras ideas corresponde realmente un
contenido objetivo. El idealismo se presenta con tres distintas orientaciones:
1.
En cuanto niega la posibilidad de
conocer los cuerpos del mundo visible se denomina ACOSMÍSTICO.
2.
En cuanto niega la capacidad de conocer
algo fuera de los fenómenos se denomina TRASCENDENTAL O FENOMENISTA. Este es el
idealismo kantiano según el cual no conocemos las cosas como son en sí mismas,
sino tal como son en nuestro conocimiento. Así frente a la facultad
cognoscitiva del hombre no hay otro “objeto” que las ideas, las sensaciones
mismas.
3.
En cuanto niega toda realidad, física y
metafísica, fuera del sujeto pensante, que es absoluto e infinito, se denomina
ABSOLUTO. El idealismo es un sistema muy heterogéneo, todos los llamados
idealistas difieren entre sí: Fitche, Schelling y Hegel constituyen otros
tantos idealismos, cuya única coincidencia consiste en negar que a las ideas
respondan objetos.
El idealismo
adolece de muchos defectos uno de los cuales, el principal, es que encierra una
interna contradicción.
Es una postura
filosófica que consiste en reducir toda existencia al pensamiento en su más
amplio sentido. (es opuesta al Realismo).
Dos formas
fundamentales de Idealismo:
a.
Epistemológico: consiste en negar que
haya objetos de conocimiento trascendente a los pensamientos (en sentido
lógico) son los pensamientos los que fundan, crean o forman sus objetos.
b.
Metafísico: consiste en negar que el
mundo exterior tenga una existencia independiente del yo, según esta postura la
conciencia o el espíritu individual no puede trascender sus propios límites y
salir fuera de si misma, por lo tanto las cosas que percibo no son más que
ideas o representaciones suyas.
SUS
REPRESENTANTES
KANT
Fue la figura
más descollante del siglo 18.
Fue nombrado profesor en 1755. De talento crítico
indiscutible, metódico hasta en sus menores detalles, su mundo era la
universidad, su gabinete de estudio y la biblioteca. Se dedicó seriamente al
trabajo de investigación científica y filosófica. Pero su mérito principal está
en el enfoque que dio al problema crítico. No parte de la duda sino de la
pregunta acerca de la capacidad de la razón para poseer verdadera ciencia.
La obra de Kant
abarca tres períodos:
1.
El racionalista
2.
El empírico (cultiva la lógica y la
moral)
3.
El crítico (en el deshecha el
escepticismo y se orienta hace e “criticismo trascendental”
Kant reconoce
tres clases de juicios:
·
Los analíticos
·
Los sintéticos a posteriori
·
Los sintéticos a priori: estos son los
únicos que tienen cabida en la ciencia.
KANTISMO
Llamada también
filosofía critica, criticismo trascendentalismo o idealismo trascendental. Sus
raíces se encuentran en la Ilustracion pero trató de establecer un método
comprensivo y una doctrina de la experiencia que socavase la metafísica
racionalista de los siglos XVII y XVIII. En un primer periodo “pre-crítico” el
interés de Kant se centraba en una cosmología científica y evolucionista. Trató
de describir los fenómenos de la naturaleza orgánica e inorgánica como un todo
de leyes naturales inter-conexionadas. Elaboró y extendió la filosofía natural
de Newton en un contexto tomado de Wolff.
…gradualmente
sus ideas experimentaron una transformación radical. Puso en cuestión la
suposición común a la metafísica dogmatica de que la realidad puede ser
aprehendida en y a través de conceptos. Encontró inspiración para ello en los
textos de Leibniz y en Hume…
Se lanzó en
persecución de un método mediante el cual pudiese establecer firmemente los
límites y el uso adecuado de la razón.
Hacia 1770
comienzos de su periodo “crítico”, Kant disponía de una respuesta que
confidencialmente esperaba que revolucionara la filosofía (…). La función
típica de la razón en opinión de Kant es relacionar o sintetizar los datos de
los sentidos. Al efectuar cualquier síntesis, la mente descansa en la validez
de ciertos principios como el de causalidad, que según había enseñado Hume no
pueden ser generalizaciones inductivas de los datos sensibles y son
indispensables para dar cuenta de una “experiencia” considerada en su conexión
como un todo significativo. Si los necesarios principios sintéticos no pueden
ser derivados de los datos sensibles, deben ser a priori, lógicamente
anteriores a los materiales que relacionan. Kant llamó “trascendentales” a esos
elementos formales, en el sentido de que, aunque están indudablemente en la experiencia
vista como un todo conexionado, trascienden o son distintos de los materiales
sensibles en cuanto a su fuente y en cuanto a su condición.
En “Crítica de
la razón pura” (su filosofía teorética), Kant emprende el inventario completo y
la “deducción” de todas las formas trascendentales, sintéticas a priori,
empleadas en el conocimiento de la naturaleza. La primera parte (estética
trascendental) exhibe las dos formas de “intuiciones” de la sensibilidad: el
espacio y el tiempo. El conocimiento de la naturaleza por muy variado que sea
su contenido sensible es siempre necesariamente conocimiento de algo en el
espacio y en el tiempo, y precisamente por ser condiciones necesarias de toda
experiencia de la naturaleza, el espacio y el tiempo no pueden ser propiedades
objetivas de cosas en sí sino exigencias formales de la razón. El espacio y el
tiempo son “empíricamente reales” porque están presentes en la experiencia
actual pero son “trascendentalmente ideales” ya que son “formas” que la mente “impone” a los datos
sensibles (…)
HEGEL
(1770-1831)
Nació en
Stuttgart en 1770 y murió en Berlín en 1831. Estudió teología, filosofía y
literatura clásica.
El Hegelismo es
tanto una doctrina como un método. Ambas cosas se proclaman lógicamente
inseparables: el método es precisamente la formulación de la doctrina y la
doctrina es precisamente la expresión detallada del método. Esta integración de
los dos aspectos de la filosofía presenta un formidable obstáculo a la
interpretación y a la presentación resumida del hegelismo tal como fue
concebido por su fundador.
El método es
desde luego, la dialéctica. En su aspecto formal está constituido por la
dialéctica tríadica de tesis, antítesis y síntesis. En sus escritos lógicos
Hegel se muestra muy encariñado con la manipulación de ese aparato formal que
realiza con gran detalle. Por el modo como en esos escritos la practica uno se
siente llevado a la suposición de que en su propia opinión la dialéctica misma
constituye la esencia del método. Sin embargo en sus otros escritos hace poco o
ningún uso de ese esquemático excepto con el fin de presentar las grandes
líneas del asunto a tratar y en sus observaciones sobre el método apenas hace
referencia a su aspecto formal. En esas observaciones Hegel se interesa por
subraya la estructura lógica que subyace al mecanismo a saber, la relación de
contrariedad y su resolución. En todas partes el método está fundado en el
sistema y la transición de tesis y antítesis a síntesis se presenta como
impuesta por la estructura del sistema en que se fundamenta. Consecuentemente
el progreso dialectico va exhibiendo pari
passu la estructura del sistema que es su matriz, la síntesis es positiva
del principio al fin. Esa característica del método sea “mantenerse lo positivo
en lo negativo”, es lo que Hegel llama su negatividad y esa característica es
para él la esencia de la dialéctica.
La clase de
sistema que fundamenta el método no es de las que admiten dentro de sí el
principio de contradicción. Los contradictorios no pueden ser resueltos
dialécticamente, entre ellos no hay lugar a la síntesis. Pero tales sistemas son
abstractos, es decir ejemplificados solamente en deducciones formales, están faltos
de contenido factual. El análisis dialectico es posible solo en sistemas
factuales es decir constituidos por afirmaciones de hecho y por afirmaciones de
posibilidad fundada en hechos. Aquí tiene vigencia el principio de contrariedad
y no el de contradicción y el análisis dialectico se identifica con la resolución
de contrarios. Aquí y solo aquí es aplicable el método dialectico y este es el único
aplicable aquí.
Así pues el método
es la delineación de sistemas que son reales y la doctrina de la realidad no es
sino la presentación detallada de sus resultados. Esa presentación es la categoría
final del análisis dialectico; la idea absoluta, esta es la “verdad”
del ser. Lo que esta categoría es en detalle solo puede especificarse
mediante el método que la garantiza. En general es la estructura del hecho,
posibilidad y valor determinada por la negación dialéctica. Es el sistema omnicomprensivo el “todo” que armónicamente incluye toda la verdad de hecho,
posibilidad y valor negando dialécticamente toda afirmación parcial en su
propia estructura. Es también de la naturaleza del “sujeto” a definida de la “substancia”
definida por Spinoza. Hegel habla a veces de ella como “Espíritu absoluto”. Si esa
doctrina ha de llamarse idealismo absoluto como es usual su carácter distintivo
no puede dejarse enmascarar por el nombre: el sistema que aquí se identifica
con la realidad se estructura precisamente como desplegado en el proceso de la negación
dialéctica.
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