Historia de la Psicología
Heráclito (576-480 A.C.)
Heráclito es el creador de un nuevo estilo filosófico
enormemente eficaz por lo incisivo y por su potencia lapidaria de formulación.
Se conocen partes o trozos de su libro, a la
manera de aforismos, aunque no se sabe muy claramente la manera de escribir del
filósofo de Éfeso.
Estos trozos de su obra están plagados de sentencias, en
forma de metáforas, como por ejemplo:
“el carácter – el demonio del hombre”,
“el camino de subida y el camino de bajada – uno y el mismo”,
“la armonía invisible – mejor que la visible”.
El comienzo de la obra, aún conservado, nos habla de la palabra que
proclama el filósofo, el LOGOS, palabra que expresa una eterna
realidad y por consiguiente, eterna ella misma.
Heráclito es el profeta de una verdad de la que tiene conocimiento
intelectual, en la que utiliza la “intuición justa” o el “pensar justo”, con
una referencia a la “conducta práctica del hombre”.
Heráclito enseña a los hombres acerca de “palabras
y acciones”, términos en que insiste durante toda su obra. Y
es evidente que sus enseñanzas pretenden influir sobre la “conducta” de los hombres. Además, en otros pasajes, define
a la sabiduría como un hablar y obrar” de acuerdo con
la verdad y sentencia en otro lugar, que los hombres no deben
obrar y hablar como si estuviesen dormidos (inconscientes). Y vemos cuanta es
la importancia que ha concedido
Heráclito a esta imagen del dormir y despertar, por la frecuencia con
que la usa. Es decir que los que están despiertos tienen un cosmos en común,
mientras que lo que están dormidos, tienen su propio cosmos.
Pero esto tiene un sentido simbólico, los que están despiertos tienen un
mundo en común, por ejemplo como prueba su comercio mutuo; mientras que el
mundo de los sueños en que se encuentra el durmiente resulta inaccesible a los
demás.
El
Logos
Y lo que se refiere al Logos, es el saber subyacente, el cual es incomprensible para los hombres al
oírlo por primera vez, más aún, los unirá en un cosmos común una vez que hayan
podido comprenderlo.
Heráclito es el primer filósofo que abordó el problema del pensamiento
filosófico, poniendo la vista en su función social.
EL LOGOS no es solo lo Universal (das Allgemeine) sino también lo común
(das Gemeinsame). Y esto hace algo afín, a la ley del estado, que liga a todos
los ciudadanos, es mucho más aún, que la ley de la república, más grande y más
poderosa, pues el logos es lo que es común a todas las cosas. Su órgano es la
mente, y habla con la mente, no es otra cosa, para Heráclito, que hablar “con
lo común”.
“Aquellos que hablan con la mente, nos dice, no pueden sin hacerse
fuertes con lo común a todos, justo como una ciudad, que se hace fuerte con su
ley”.
Es la primera vez que la idea de Ley se hace presente en el pensamiento filosófico, y es más se la considera
como el objeto del más alto y más universal conocimiento. El término no se usa
solo en el sentido político, sino para lograr un orden en la Naturaleza y la
realidad misma. “El sol no rebasará sus medidas”.
La
Doctrina de los contrarios
Otro de los temas centrales de Heráclito es la doctrina de
los contrarios:
“La guerra es la madre de todo y la reina de todo. De unos hace dioses,
de otros, hombres. De unos hace esclavos, de otros hombres libres”.
La hostilidad y el choque de fuerzas contrarias, explican de una y otra
forma la experiencia humana y anticipan de una manera, en una escala cósmica,
la teoría de la ambivalencia.
Cuando Heráclito habla de la división del mundo en dioses y hombres,
esclavos y hombres libres, lo cual es según las ideas griegas, la base de todo
orden, apunta a revolucionar el pensar, hasta ese momento; porque Heráclito
concibe a los dioses y los hombres como contrarios.
La guerra, tomando la sentencia de Heráclito, resulta la experiencia
filosófica primaria. Pero debemos entender por guerra, en el sentido simbólico,
el constante cambio y lucha de contrarios, abarcando incluso a la paz.
Siempre hay una transformación reciproca, en la pareja de contrarios.
Dice Heráclito: “Siempre hay en el fondo uno y lo mismo: vida y muerte,
amor y odio, vigilia y sueño, juventud y vejez”.
Aristóteles atribuye a Heráclito, el decir que lo que tiende a separarse
logre unirse y que la más bella armonía es la que surge de cosas
diferentes. Y esto hace alusión a la armonía musical, o la armonía de lo alto y
lo bajo, como un argumento contra Homero, el cual había maldecido erróneamente
la lucha que existe entre los dioses y los hombres. Es posible así, o como una
especulación, que se atribuya a Heráclito la armonía de los sexos.
En el fondo, la unidad de Heráclito, no puede percibirse en ninguna de
las formas usuales, por ejemplo: “Armonía invisible mejor que la
visible”. Por ser invisible, está oculta a los ojos del hombre, aún
cuando en realidad es el supremo poder de acuerdo con el cual tiene lugar toda
cosa de este mundo.
Heráclito no concibe al filósofo ni como el hombre que proclama la
naturaleza del mundo físico, ni como el descubridor de una nueva realidad por
detrás de la apariencia sensible, sino como DESCIFRADOR DE ENIGMAS, como
el hombre que interpreta el sentido oculto de todo cuanto sucede en el Ser
humano. De aquí, de lo oculto, surge el apelativo de “OSCURO” en Heráclito.
Heráclito eligió el fuego universal como doctrina y lo justifica en su
sentencia: “El rayo pilotea todas las cosas (rayo, arma tradicional de
Zeus) y el hecho de que el fuego pueda gobernar todas las cosas
lo pone en contacto con la sabiduría suprema, aunque esto no sea lo mismo que
Dios, que además Heráclito se encarga de separar bien de los hombres: “Un
hombre es algo infantil para Dios, así como un niño es algo infantil para el
hombre”.
Heráclito de Efeso, es considerado uno de los filósofos más brillantes,
y uno de los ejes principales de la Filosofía, donde además hace aportes desde
sus metáforas y sentencias a la Psicología.
La filosofía del DEVENIR de Heráclito, hace también fluir constantemente
a todas las disciplinas y propone una autocritica permanente y constante.
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