miércoles, 1 de abril de 2015

Las escuelas griegas



Historia de la Psicología

Los primeros filósofos griegos

La filosofía griega es una autentica teología natural, porque está basada en la comprensión racional de la naturaleza misma de la realidad; las teologías del mito y del estado no tienen nada que ver con la naturaleza, sino que se limitan a ser convenciones artificiales, productos exclusivos del hombre.
En las puertas de la filosofía se levantan tres venerables figuras: Tales, Anaximandro, Anaxímedes.

Desde los tiempos de Aristóteles, siempre encontramos a estos hombres formando un grupo de físicos o filósofos de la naturaleza. Si bien es cierto que en años posteriores hubo otros pensadores de inclinaciones semejantes, estos tres siguen siendo preeminentes en su género y notoriamente forman un grupo unificado.

Hasta por su lugar de origen se encuentran reunidos: todos son hijos de Mileto, la ciudad de Asia Menor Griega, que había alcanzado la cima de su desarrollo político, económico e intelectual durante el siglo VI.
Fue aquí en el suelo de Jonia donde el espíritu griego forjó las dos concepciones generales del mundo que dieron origen por una parte a la Épica Homérica y por otra a la filosofía griega.

Podemos naturalmente, mostrar que los griegos de Asia Menor entraron en un contacto muy estrecho con las viejas culturas de oriente, en el comercio, en el arte y la técnica; y siempre habrá disputas acerca del grado en que contribuyó esta influencia al desarrollo intelectual de Grecia.
No es difícil imaginar qué tan impresionado quedó el espíritu de los griegos, por los variados mitos orientales acerca de la creación. Quizás podamos rastrear en la teogonía de Hesíodo ciertas reacciones a las especulaciones orientales, específicamente en los mitos de la primera mujer y de cómo vinieron a la tierra el pecado y el mal.

El tipo Hesiódico del racionalismo, con su interpretación y síntesis de los mitos tradicionales, ha cedido el paso a una nueva y más radical forma de pensar racional, que ya no saca su contenido de la tradición mítica, sino se toma como punto de partida de las realidades dadas en la experiencia humana, “las cosas existentes”.

Al definir con esta amplitud su tema, muestra la filosofía que ha alcanzado un nuevo nivel, pues no hallarán lugar ahora las fuerzas celestes de las que hablaban los mitos, ni podrán estas fuerzas seguir pasando como reales, como lo puede la presencia efectiva, como lo son las estrellas, el aire, la tierra el mar, los ríos y los hombres. El trueno y el relámpago, son hechos dados; ¿puede decirse lo mismo de Zeus, el dios que los envía? En todo caso, Zeus no pertenece al reino de las cosas que alcanzan los sentido, y más allá de este reino no podemos ir. A pesar de que la imaginación llega a inmensas distancias, más allá de la percepción, los  objetos que encuentra la imaginación serán de la misma índole que las cosas que se presentan a los sentidos, o por lo menos, muy semejantes.

Estamos en el período cosmológico o también llamado físico; de Physis que designa la fuente originaria de las cosas, aquello a partir de lo cual se desarrollan y se renuevan constantemente. En otras palabras, la realidad subyacente de nuestra experiencia.
En el pasaje Homérico en que se llama Océano, al origen de todas las cosas, está usada la palabra en este sentido. Decir que Océano, es la génesis de todas las cosas, es virtualmente lo mismo que llamarlo Physis de todas las cosas.

TALES

Ahora bien TALES (640-545 A.C.), sostiene que el AGUA es el origen de todas las cosas. Acá una diferencia, el filósofo prescinde del Mito para enunciar su intuición de que todas las cosas han venido del AGUA. Su AGUA es una parte visible del mundo de la experiencia. Pero su manera de ver el origen de las cosas lo acerca mucho a los mitos. Pues si su teoría parece puramente física, evidentemente la piensa como lo que podemos llamar un carácter metafísico. Este hecho se revela en la única de sus sentencias que ha llegado hasta nosotros: “Todo está lleno de dioses”.

Doscientos años más tarde cita Platón esta frase en forma especialmente enfática, casi como si fuera la palabra primigenia y la quintaesencia de la Filosofía. Platón encuentra de profunda significación histórica el que la filosofía de la naturaleza, considerada durante tanto tiempo como ateísmo, haya vuelto, en su propia doctrina de los dioses de los astros, a la misma verdad básica de la que había partido.

La afirmación de que todo está lleno de dioses quería decir, al parecer, según Aristóteles, algo así: “todo está lleno de misteriosas fuerzas vivas”. Aristóteles, tomando esto, sugiere que Tales podía haber pensado en Atracción magnética. Los dioses de Tales no viven aparte, en alguna región remota, sino que todo esto es, el mundo que nos rodea familiarmente y que nuestra razón toma con tanta tranquilidad, está lleno de Dioses y los efectos de su poder.

Podemos aducir, para comparar, otra primitiva frase de la Filosofía Helénica, una anécdota de Heráclito. Estando él al lado del hogar de su casa, calentándose, se dio cuenta de unos visitantes que estaban en el umbral de la misma y vacilaban en entrar. Entonces les gritó: “Entrad también aquí hay dioses”. Se ha tomado esta frase como una referencia al fuego del que sostenía Heráclito era el principio de todas las cosas. Pero aún resulta difícil encontrar conexión entre las ideas de Tales.

ANAXIMANDRO

Entrando en ANAXIMANDRO (610-547 A.C.), esto se hace más preciso.
Con este filósofo encontramos el primer cuadro unificado y universal del mundo basado en una deducción y explicación natural de todos los fenómenos.

ANAXIMANDRO pugna por encontrar la clave oculta de la estructura de la realidad, estudiando la forma en que esta ha venido a ser lo que es. Trata de descubrir una proporción armónica y matemática en las relaciones del mundo, del  como un todo y del postulado que el Universo debe tener un sentido racional.

Esta idea del mundo declara el primer brote claro en la Filosofía del Espíritu Humano. El Cosmos de ANAXIMANDRO señala el triunfo del intelecto, sobre el antiguo orden de vida, el orden feudal y mítico, que es conocido en la primera fase de la cultura griega. Incluso a los viejos dioses se les niega la entrada en el nuevo sistema. Su desaparición deja un vacío que debe ser llenado por el filósofo. Y así surge el nuevo problema del “de dónde”  del origen de todas las cosas.

Mientras que TALES mediante la intuición sensible concebía al mundo como emergiendo del agua,  ANAXIMANDRO se basa en razones puramente lógicas. No podía entender ANAXIMANDRO cómo el agua, una sola sustancia preponderante podía dar origen a cualidades que hagan posible la existencia de otras cosas de distinta constitución con el fuego y la tierra. Por ende la cosa con que empieza el mundo solo puede ser algo que no sea idéntico a las sustancias dadas, pero que sin embargo, sea capaz de dar origen a la vasta inmensidad de todas ellas.

La propiedad distintica de este algo tiene que ser por lo tanto, el hecho de ser de suyo ilimitado y a esto ANAXIMANDRO lo llamó APEIRON.
Según SIMPLICIO, ANAXIMANDRO fue el primer hombre que dijo que lo APEIRON es la ARCHE o PRINCIPIO.

Deduce Aristóteles respecto de esto: “En cuanto es un principio, tiene que ser algo que no se genere ni se corrompa. Pues lo que se ha generado tiene necesariamente que terminar, y toda corrupción tiene igualmente un fin. Por ende, carece de principio, antes bien es, si así se lo concibe, el principio de todo lo demás y gobierna todas las cosas”. Entre los auténticos representantes de la teoría de lo APEIRON (para EMPÉDOCLES Y ANAXÁGORAS, era lo divino), destaca Aristóteles a ANAXIMANDRO por ser el iniciador de este movimiento. Él fue quien aplicó los adjetivos de “inmortal e indestructible” a lo ilimitado, de lo cual decía que brota todo devenir.
ANAXIMANDRO es el primer pensador de Grecia al que conocemos no sólo por las noticias de autores posteriores, sino también por un fragmento de su propia obra: “Pero cualesquiera que sean las cosas, de donde procede la génesis de las cosas que existen en esas mismas tienen éstas que corromperse por necesidad; pues estas últimas tienen que cumplir la pena y sufrir la expiación que se deben recíprocamente por su injusticia, de acuerdo con los decretos del Tiempo”.
En estas imágenes un tanto poéticas, se ve lo racional del mundo. Nietzsche ha explicado la referencia de ANAXIMANDRO a la pena que tienen que sufrir las cosas por la injusticia de su existencia, suponiendo que ANAXIMANDRO ve en la individuación misma de las cosas un crimen que tienen que expiar. Este crimen consistiría por lo tanto en la aparición de los individuos como tales. Generación y corrupción que proporcionaron a los poetas líricos de la época un tema de quejosa melancolía, están aquí, plenamente justificados. La explicación que da ANAXIMANDRO de la naturaleza es algo más que una simple explicación, es la primera Teodicea filosófica. En esta llamada Filosofía de la naturaleza hemos encontrado funcionando conjuntamente, la teología, la teogonía y la teodicea.

El desarrolla de la idea de Cosmos significa tanto una nueva forma de considerar la organización del estado como derivadas de leyes del Ser, como una re-creación de la religión en términos de la idea del Dios y del gobierno divino del mundo tal cual se revela en la naturaleza.

Esto también se revela en ANAXIMENES (588-524 A.C.) en su intento por identificar el primer principio de ANAXIMANDRO con el “aire”.  ANAXIMENES se ha guiado también por cierto sentimiento de que el primer principio debe explicar la presencia de la vida en el mundo, pues sostiene que el aire domina el cosmos y lo mantiene junto en la misma forma que la psique domina nuestros cuerpos.

Al animar así lo apeirón de ANAXIMANDRO, ANAXÍMENES piensa evidentemente en fenómenos psíquicos y no simplemente fisiológicos. Piensa que la naturaleza del APEIRON debe encerrar el poder de pensar, indispensable para gobernar al Universo.

Los jónicos

Con esta escuela jónica se inicia la verdadera filosofía. A los pensadores griegos el Ser Hombre se les presentaba como una modificación peculiar de ciertos principios universales, especialmente era materia, y como tal, una parte del mundo material. Para ellos el hombre era el universo en pequeño, un microcosmos dentro de un macrocosmos.
Los filósofos jónicos introdujeron, además del desafío a las tradiciones inexistentes, la novedad de entender todas las cosas sobre la base de un principio. Su intento promovió la especulación y produjo muchas teorías opuestas acerca de la Sustancia y de la estructura del mundo.
Todos los pensadores jónicos, poseen a pesar de sus diferencias personales, una especie de pasión profética y un afán de dar testimonio de su propia experiencia personal, que son especialmente característicos de su época. En el naturalismo jónico de los viejos milesios había prevalecido el espíritu de observación y de pura investigación.

Escuela Itálica

La escuela Itálica, escuela filosófica de la Antigua Grecia (siglo VI y V A.C.) surgió en la ciudad de Elea (Italia meridional). Se caracterizo por la tendencia idealista (además de dualista) propia de sus representantes como: Parménides, Josófanes, Zenón de Elea y Melisos de Samos, lugar éste en donde se funda la escuela Pitagórica y relacionado con el Orfismo.
Frente a la concepción espontáneamente dialéctica de la escuela de Mileto y de Heráclito, sobre la primera base variable de las cosas, la escuela eleática presentó la teoría acerca de esencia del ser invariable, del verdadero y además del carácter ilusorio de todas las transformaciones y diferencias visibles. Esta tesis hizo que se estimara menos la experiencia sensorial como base del conocimiento y constituyó más tarde, una de las fuentes del idealismo de Platón.



Los argumentos de los eleatos contra Heráclito (sobre todo las aporías de Zenón), a despecho de sus conclusiones metafísicas desarrollaron un papel positivo en el desarrollo subsiguiente de la dialéctica: plantearon de manera concluyente, el problema de cómo expresar en conceptos lógicos, el carácter contradictorio del movimiento.

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