Historia de la Psicología
En el período helenístico, se lleva a cabo un proceso
histórico espiritual cuyos resultados se manifiestan hasta nuestros días, en la
actual concepción de la filosofía.
Los problemas filosóficos toman especial profundidad y la
filosofía se convierte en una ciencia de la concepción del mundo. Corresponde a
la época del gran imperio militar que sucede a la polis. El hombre no participa
en la política dentro de su ciudad y esto lleva a una cultura fundada en dos
ideas correlativas: el individualismo y el universalismo. Este movimiento
permite que el hombre pueda verse como individuo en sí mismo y no como parte
del Estado. Esto sería el individualismo.
El universalismo consiste en el descubrimiento que hace
el hombre de su semejanza con los demás hombres, como parte de la humanidad.
El individualismo
y el universalismo, que encuentran fundamente en la filosofía estoica,
hacen del hombre un ciudadano del mundo y no ya un miembro de una comunidad
ahora desintegrada como tal, aunque en cierta forma extendida al universo.
Se apodera la filosofía del hombre como tal, del hombre
que, en este tiempo agitado por las guerras de Alejando, busca en el hombre
interior la salvación y la felicidad que no le pueden dar ya las circunstancias
externas de la vida unidas a los sueños de grandeza y poderío que son seguidos
por una estela de ruinas.
Debido a esto es que predomina en este periodo la ética.
La vida se había convertido en algo que había que soportar
más que gozar, el problema consistía en soportarla lo mejor posible.
Los estoicos abogaban por la integridad del carácter, la
devoción al deber, la solidaridad con el prójimo que sufre la disciplina
rigurosa de la voluntad. Solamente son importantes en la historia de la
filosofía moral, no en la historia de la ciencia. Su interés psicológico reside
en su doctrina de la voluntad y de las emociones; habiendo tomado de Platón y
Aristóteles la teoría del alma.
Dividimos a sus filósofos en tres grupos:
1) Estoa Antigua
2) E. Media
3) E. Superior
1) El representante de la primera fue Zenón de Citio, que
crea su escuela en el 300 A.C. Tropezamos con el influjo cínico en su teoría
del conocimiento, en su metafísica y en su ética. Zenón fue respetado por su
índole y carácter.
2) Los representantes de la Estoa media fueron Panecio y
Posidonio; a partir del primero, la filosofía comienza a ser allí una exigencia
de la cultura superior.
3) Dentro de la Estoa posterior se destacan tres
personajes: Zéneca, Epícteto y Marco Aurelio.
El primer maestro de Nerón se caracterizó por sus escritos
sobre las cuestiones de la naturaleza, los tratados sobre la clemencia, sobre
los beneficios, sobre la ira, así como veinte libros de cartas morales a
Lucilio, en las que pinta un cuadro bastate pesimista de las costumbres y
vicios de su tiempo.
Los estoicos definen la filosofía como la ciencia de las
cosas divinas y humanas, dividiéndola en lógica, física y ética.
Desarrollo
Los estoicos tomaron la obra de Aristóteles como base e
introdujeron ciertas simplificaciones.
Fue de Aristóteles que derivaron de su método que combina
el análisis con el desarrollo. Al hablar del universo como objeto del
pensamiento encontramos dos categorías a saber: actividad y pasividad. Los
estoicos consideran que todas las cosas tienen un sentido de realidad en tanto
y en cuanto ejercen una acción o son sometidas a ellas, por consiguiente, son
materiales.
Proponen un monismo puro, ya que no existe materia muerta
en oposición entre materia y espíritu.
Según Heráclito, el fuego es la sustancia esencial del
universo. Forman una escala ascendente de existencias de los diferentes niveles
del ser (lo inorgánico, las plantas, los animales) que constituyen un esquema
del universo basado en la idea del desarrollo. La posición fundamental
materialista es de ascendencia cínica. De Heráclito proviene su especulación
sobre la razón del mundo y la ley cósmica, así como sobre el fuego primitivo
universal.
La psicología
de los estoicos es una
historia natural de la razón, el alma es la forma más sutil de sustancia y
constituye el principio activo de todas las criaturas animadas. “Penetra el
organismo entero de la criatura del mismo modo en que la razón penetra el
universo”.
Volvemos a encontrar la analogía existente de macrocosmos y
microcosmos, asociando así la idea de razón universal, que nos lleva a la
teoría de una razón inconsciente que se manifiesta en los instintos. El estoico
se plantea el problema del fundamento último del ser, pero rehuye
instintivamente el trascender de este mismo ser, al buscar tal fundamento. El
fundamento del mundo está en él mismo. El mundo es eterno, inabarcable y tan
infinito que se basta a sí mismo para explicarse.
Los estoicos tienen un principio de explicación del mundo y
de los procesos cósmicos, pero este principio es inmanente al mundo, es la
fuerza primitiva de él, latente o manifiesta que también se designa con los
nombres de: fuego primitivo, alma del mundo, e igualmente se concibe como razón
del mundo, providencia y destino.
Los estoicos se acercan a los cínicos en la teoría del
origen de nuestro conocimiento ya que piensan sensísticamente. El alma es al
comienzo una tabla rasa que se va a llenar con los contenidos que le ofrezca la
percepción sensible. Lo que entra en el espíritu son pura y exclusivamente
representaciones a las que elabora y agrupa. La función de la representación y
del conocimiento consiste en cierto copiar y representar.
Partiendo de la dualidad entre sujeto y objeto se piensa
que el objeto del conocimiento es algo que puede ser trasladado en imagen
quedando impresa en el alma como una copia exacta. Esto constituye un realismo
ingenuo, mostrando además el papel que juega el conocimiento del mundo externo
corpóreo en el proceso cognoscitivo. Si el conocimiento es una cierta copia, se
debe buscar un punto de apoyo para que esa copia reproductiva sea la verdad,
porque es posible que nos engañemos con nuestras representaciones.
La garantía de que la copia es tal cual como el modelo, y
que las representaciones son “adecuadas”, la encontramos en la cualidad de
nuestras representaciones a las que no podemos resistirnos, porque nos atrapan
por entero.
Dentro de las condiciones para que se de la evidencia
histórica encontramos:
1- debe uno estar seguro de que nuestros órganos
sensoriales se hallan en estado normal.
2- que la distancia espacial y temporal que separa objeto
percibido y sujeto percibiente no sea excesiva.
3- que el acto de la percepción ha tenido una duración
suficiente y se ha realizado concienzudamente.
4- que ningún medio extraño perturbador se ha interpuesto
entre sujeto y objeto.
5- que repetidas percepciones propias y ajenas han llevado
al mismo resultado.
El hombre no es solo un puro ser pensante, sino que es
visto como una realidad compleja en la cual para decidir de lo verdadero se da
preeminencia al factor volitivo-afectivo. Para los estoicos, el ser es la
corporeidad y lo extenso es la esencia subyacente a todo ser. El es también
fuerza, energía. Pero esta fuerza es aquella fuerza viva que se da donde hay
respiración, calor y fuego; cuya características es tensión y vigor dinámico.
No hay propiamente estratos de ser incomunicables e
infranqueables entre sí. Lo que divide a unos de otros es el grado de fuerza
que se encuentra en los diversos sectores del ser; así vamos a encontrar en la
naturaleza anorgánica, el “pneuma”, que simplemente está allí; en las
plantas alcanza el grado de crecimiento; en el reino animal se muestra como
alma y finalmente en el hombre, como razón. El ser tiene así un carácter
monístico, “todo es materia y todo es también fuerza vital”.
La ética es uno de los puntos donde más se destacó este
movimiento en la que presupone una serie de ideas sobre la vida anímica del
hombre que constituyen no sólo un enfoque psicológico, sino también las bases
antropológicas y dogmáticas de la moral estoica.
El hombre no es solo cuerpo, tiene también alma.
Las distintas acepciones de alma son:
- Por alma se entiende aquello que da al
hombre movimiento propio y con ello la vida.
- Otro concepto es el que la ve como uno
de los miembros de la tripartición cuerpo-alma-razón; significa también parte
rectora del alma, la razón; también puede significar la totalidad de esas
funciones y en su compleja interacción.
- En todo caso se considera al alma como
una agregación del fuego y aire, formando así un cuerpo; que no se localiza en
ninguna parte del cuerpo sino que se compenetra con todo él.
- Pero a veces se dice que está en el
corazón o como alma racional en la cabeza.
- Así es vista unas veces como material
y otras como inmaterial, algo sensible, otras veces espíritu.
El espíritu culminante de la antropología estoica lo constituye
la doctrina de los instintos; o sea el impulso natural que pertenece de por sí
al alma sensitiva. A partir del cuerpo, mediante las impresiones sensibles
recibe el hombre representaciones que desatan espontáneamente los movimientos
instintivos. El instinto es por lo tanto, un padecer, un estar afectado, un
afecto. El desorden del instinto proviene de que la razón no acompañe, pero de
algún modo es la razón, cómplice del afecto.
Si en el alma racional hay una afinidad entre el apetito y
e instinto surgirá la voluntad, que es siempre un apetito racional. Si tal
afinidad no existe, tenemos entonces lo contrario de la razón, la ilusión que
es siempre falsa representación. Dolor, temor deseo y placer son la
típicas formas de la ilusión.
El estoicismo tiene conciencia de que la teoría sola no
basta, no se contente con solventar especulativamente el problema del principio
de la moralidad, insisten tanto y más en la dictrina práctica de la virtud.
La primera exigencia del estoico es la de orientarse hacia
una vida de acción. Es un hombre de voluntad que ama el esfuerzo y la dura
tensión del alma. “El camino de la virtud no es la ancha avenida de los cómodos
sino el estrecho sendero de los decididos”. El estoico es realista,
enfrentándose a la realidad, adoptando una actitud resuelta.
La idea estoica de armonía es en primer término, una
armonía del hombre con un universo, en el cual la libertad es el cumplimiento
voluntario de leyes inmutables. Los estoicos al definir la emoción como un
movimiento irracional y no natural del alma o impulso excesivo dan como base la
idea de impulso; que es una tendencia del alma hacia o a partir de algo. El
impulso abarca el apetito y la aversión, se trata de inclinaciones oscuras y
son actividades subconscientes de la razón. El impulso llega a ser racional, a
medida que se va alcanzando grados de razón más elevados, convirtiéndose en un
elemento de la conducta.
La voluntad de lograr o evitar es ahora totalmente
consciente y la distinción entre intelecto y voluntad desaparecen.
Los estoicos de la primera escuela como los de las
posteriores tuvieron como dogma que las perturbaciones mentales eran
juicios. Esta idea implicaba rechazar la antigua antítesis de partes racionales
e irracionales del alma. Los estoicos sostienen que la virtud es conocimiento,
pero no que el vicio sea ignorancia. Bien o mal, el resultado es debido a la
razón y la persona es responsable.
Al llegar al estoicismo posterior, la idea de armonía es
más bien la de armonía en el alma, el efecto es el resultado inevitable de la
causa; el hombre no está obligado a ser irracional por naturaleza y la conducta
racional como así, la correcta es siempre posible. Nuestras condiciones
mentales son de una determinada manera debido a la razón central. En el hombre
no existe un yo inferior que esté por encima del superior, nuestra parte
afectiva no es esencialmente diferente de la racional.
El estoicismo sufrió continuas modificaciones al surgir
diferencias al evidenciarse que el error y el vicio no eran de idéntica
naturaleza. Los últimos estoicos son rigurosamente personales y
autoconscientes, luchando con los problemas de la existencia cotidiana y
esforzándose por explicar cómo un hombre puede conservar su ecuanimidad.
Los estoicos, durante todo su período afirmaron que la
voluntad del hombre estaba por encima de todas las cosas externas. Si bien los
primeros estoicos dando importancia a la ley y a la necesidad terminaron en un
fatalismo, los estoicos posteriores se cuestionaron la forma de dignificar al
hombre.
La escuela epicúrea rivalizó con la estoica, que como ya
hemos dicho, fue fundada por Zenón de Citio influido por Heráclito. Si bien
ambas escuelas han tenido puntos contradictorios, tienen en común exigencias
fundamentales. Están de acuerdo en eliminar todo dualismo metafísico, es decir,
toda realidad incorpórea y en admitir solamente un monismo naturalístico.
Está también de acuerdo en poner los orígenes del
conocimiento en las sensaciones; y por último, en subordinar la investigación
científico-filosófica a la consecución de la felicidad. Los estoicos se alejan
de los epicúreos al establecer el criterio de verdad, para poder distinguir las
representaciones verdaderas de las falsas.
Para los estoicos, el universo es un organismo viviente,
que tiene en sí mismo el principio de su ser y de su devenir. El alma del mundo
es para ellos de naturaleza corpórea y penetra toda la materia. En
contraposición a los cambios sociales, miseria, opresión y guerra se apoyaron
en la filosofía para encauzar al hombre por el camino de la virtud. Pero
pusieron tanto énfasis en la virtud, que todas las demás cosas, riqueza o
pobreza, salud o enfermedad, e incluso la muerte, resultaron indiferentes. Esta
época resultó ser retrógrada porque no se dieron en ella nuevos
descubrimientos; la ciencia no contribuyó con hechos recientes.
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