sábado, 2 de abril de 2016

Antropología estructural y su relación con la psicopatología



Levi-Strauss y la antropología estructural
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La investigación de este antropólogo, sobre pueblos salvajes o primitivos, establece que la llamada mentalidad prelógica de estos individuos que se expresa a través de sus usos y creencias, no constituyen sino la encarnación del atesorador lógico que es indígena. Este no hace sino reanudar los hilos, replegando todos los aspectos de lo real, ya sean físicos, sociales o mentales en tanto nosotros operamos con todos estos aspectos de manera disociada, por lo que se nos hace tan difícil reconocerlos en nuestros propios usos.

Veamos un ejemplo a traes del análisis del tabú de los suegros. “(…) La prohibición frecuente de todo contacto físico o verbal entre parientes próximos les ha parecido tan extraña a los etnólogos que se las han ingeniado para multiplicarse las hipótesis explicativas, sin molestarse siempre en verificar si no se hacían mutuamente superfluas. Así Elkin explica la rareza del matrimonio con la prima patrilateral en Australia mediante la regla de que un hombre que debe evitar contacto con la suegra haría bien en elegir a ésta entre las mujeres que son totalmente extrañas a su propio grupo local (al que pertenecen las hermanas de su padre). La regla misma tendría como fin impedir que una madre y su hija se disputasen el afecto del hombre; por último, el tabú se extendería por contaminación a la abuela materna de la mujer y a su marido. Por tanto tenemos cuatro interpretaciones concurrentes de un mismo fenómeno: Como función de una clase de matrimonio, como resultado de un cálculo psicológico, como protección contra tendencias instintivas y como producción de una asociación por contigüidad. Sin embargo, el autor no se siente satisfecho todavía puesto que a su juicio el tabú del suegro depende de una quinta interpretación: El suegro es acreedor del hombre al que le ha dado su hija, y el yerno se siente, a su respecto en posición de inferioridad. (Elkin)
Nos contentaremos con la última interpretación, que abarca perfectamente a todos los casos considerados, y que hace inútiles a todas las demás interpretaciones al subrayar su ingenuidad.
Pero ¿Por qué es tan difícil poner a estos usos en su verdadero lugar? La razón nos parece ser la que los usos de nuestra propia sociedad, con los que podríamos compararlos que proporcionarían un punto de referencia para identificarlos, existen entre nosotros en estado disociado, en tanto que, en estas sociedades exóticas, se presentan en una forma asociada que nos lo hace irreconocibles. (…)”. Tal vez esta equivalencia, dice Levi Strauss, la hallemos en aquella prohibición que nos impide insultar al presidente de la República o a la Reina de Inglaterra, o cederles el paso. Y esto está explicito en cualquier protocolo: No se le debe dirigir la palabra antes que él (o ella) nos la dirija. Y esto mismo ocurre cuando las circunstancias imprevistas crean una proximidad mayor que la distancia social que existe con un superior y lo que ésta permite.
Pero en la mayoría de las sociedades, aquel que entrega una hija o una hermana es un donador de mujeres, adquiere una posición privilegiada. Y esto se expresa en las relaciones interpersonales, por medio de privilegios y prohibiciones.
Dice Levi-Strauss: “(…) Ningún misterio envuelve, pues, a usos que la experiencia vivida nos descubre en sus interioridad. Solamente nos vemos desconcentrados por sus condiciones constitutivas que son diferentes en cada caso. Entre nosotros, está claramente separadas de otros usos, y ligadas a un contexto que tiene equivoco. En cambio, en las sociedades exóticas, los mismos usos y en otro contexto: el de los lazos familiares, con el que nos parece incompatibles. (…)”
El pensamiento con que nos encontramos posee una lógica que opera a la manera de caleidoscopio. Une fragmentos por medio de los cuales se realizan ordenamientos culturales. “Los fragmentos provienen de un proceso de rompimiento y de destrucción, en sí mismo contingente, pero a reserva de que sus productos ofrezcan entre ellos alguna homología: De talla, de vivacidad, de color, de transparencia.
No tiene ser propio, por relación a los objetos manufacturados que pronunciaban “un discurso” del que han pasado a ser los escombros indefinibles; pero, en otra relación deben poseerlo en cantidad suficiente para participar útilmente en la formación de un ser de una nueva clase: Este ser consiste en ordenamientos en los que, en virtud del juego de los espejos, los reflejos equivalen a objetos, es decir, en los que los signos alcanzan el rango de cosas significadas; estos ordenamientos realizan posibles, cuyo número, aunque sea muy elevado, de todos modos no es ilimitado puesto que es función de las disposiciones y de los equilibrios realizables entre cuerpos cuyo número mismo es finito, por último y sobre todo, estos ordenamientos engendrados por el encuentro de acontecimientos contingentes (el giro que del instrumento hace el observador) y de una ley (la que preside la construcción del caleidoscopio, que corresponde al elemento invariante de los constreñimientos de que hablábamos hace un momento), proyecta modelos de inteligibilidad de alguna manera provisionales, puesto que cada ordenamiento se puede expresar en forma de relaciones no tienen más contenidos que el ordenamiento mismo, al cual, en la experiencia del observador, no corresponde ningún objeto… Concebimos, pues, que tal lógica concreta sea posible”.
Los profundos análisis que realiza Levi Strauss lo lleva a sostener que la lógica práctica teórica que reglan el pensamiento de los pueblos llamados primitivos se sostiene” (…) por la exigencia manifiesta en los mitos fundadores de las instituciones totémicas las separaciones diferenciales. (Y ello se manifestaría también en el plano de la actividad técnica, ávida de resultados marcados por el sello de la permanencia y de la discontinuidad (…).
El principio lógico es el de poder oponer siempre términos, que un empobrecimiento previo de la totalidad empírica permite concebir como si fueran distintos (…). Son códigos capaces de transmitir mensajes traducibles en los términos de otros códigos y de expresar en su propio sistema los mensajes recibidos por el canal de códigos diferentes. El error de los etnólogos clásicos ha consistido en querer rectificar esta forma, ligarla a un contenido determinado, siendo que se presenta al observador como un método para asimilar toda suerte de contenidos. Lejos de ser una institución autónoma, definible por caracteres intrínsecos, el totemismo o lo que pretende ser el totemismo, corresponde a algunas modalidades arbitrariamente aisladas de un sistema formal, cuya función es la de garantizar la convertibilidad ideal de los diferentes niveles de la realidad social”.
Para el mismo autor, la prohibición del incesto es lo que permite el pasaje de la sociedad animal a la sociedad humana en tanto más que una prohibición lo que hace es obligarle al hombre a entregar la hija o la hermana o la madre a otra persona. Es la norma por excelencia de donación.
La razón no debe ser buscada en cualidades intrínsecas de la madre, la hija, o la hermana, o la madre a otra persona. Es la norma por excelencia de donación.
La razón no debe ser buscada en cualidades intrínsecas de la madre, la hija, o la hermana, ni en la relación con ellas, que residen los motivos para desaconsejar el matrimonio con ellas (como intentan explicarlo distintas corrientes), esos motivos se referirán a que las mujeres constituyen, según Levi Strauss, el medio para continuar con el sistema de intercambio que caracteriza a la sociedad humana. Los varones entregarían mujeres para recibir otras, y este sistema se habrá mostrado ventajoso por cuanto en esta forma se habría ampliado el parentesco y la solidaridad social. Un hombre que entabla vínculos matrimoniales con otro grupo halla en este último, ayuda y disminuye la posibilidad de hostilidades.
Más allá de los anecdótico de los múltiples ejemplos que ilustran sus investigaciones, el objetivo es encontrar los pares de oposiciones que sostienen sus productos.” (…) La historia se introduce subrepticiamente en la estructura, en una forma modesta y casi negativa: No explica el presente, pero efectúa una elección entre los elementos del presente, concediendo algunos de ellos, solamente, el privilegio de tener un pasado.
Por consiguiente, la pobreza de los mitos totémicos provienen de que cada uno tiene, exclusivamente, como función, fundar una diferencia como diferencia: Son las unidades constitutivas de un sistema. La cuestión de la significación no se plantea al nivel de cada mito considerado aisladamente, sino al nivel de sistemas cuyos elementos son los mitos”.
Estos sistemas son limitados, sostienen que las sociedades humanas al igual que los individuos en sus juegos, sus sueños o sus delirios, no crean de forma total, sino que son privilegiadas ciertas combinaciones de un repertorio ideal que se puede reconstruir a posteriori.

Jacques Lacan, posiblemente la figura más notable del psicoanálisis contemporáneo, desarrolla su concepción de la antropología estructural, aporta así como de la Lingüística Estructural que las nutre a ambas.
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Antropología cultural

El alcance y difusión del psicoanálisis modificó radicalmente las investigaciones culturales.
Los nombres de Margaret Mead, Ruth Benedict, Linton y Kardiner, entre otros, son los más representativos de aquellos agrupados bajo el nombre de escuela de Antropología Cultural.
Los autores de esta escuela tienen en común:
a) Investigan el tipo de personalidad en el seno de una cultura determinada (personalidad de base de Kardiner).
b) La utilización del psicoanálisis para observar el proceso educativo.
c) La variabilidad de los rasgos culturales, de la relatividad de éstos depende el concepto de normal o patológico.
d) Las variaciones individuales son reacciones, es decir que los sujetos enfermos, anormales, delincuentes, etc., se “defienden” contra la presión del grupo mediante diversos medios. Es decir que existe una sociogénesis de la enfermedad mental, observada desde el punto de vista cultural.
e) Los mecanismos inconscientes descubiertos por Freud obran sobre individuos de todas las sociedades, pero su dirección y contenidos no dependen de causas innatas sino de factores culturales.
El efecto que la antropología cultural ejerció sobre la sociología, la psiquiatría y el psicoanálisis fue tan importante que, en este último, dio lugar a una corriente caracterizada como psicoanálisis cultural.

Psicoanálisis cultural

Las personas que integran este grupo rechazan de manera más o menos resuelta, la teoría de la libido de Freud y, sobre todo, la importancia que éste le reconoce al desarrollo psico-sexual precoz, y denuncian el hecho según ellos, de que aquel no les haya reconocido a los factores culturales el papel decisivo, que en el hombre sano o neurótico, tienen en cuanto a formación de la personalidad.

Sostienen que en la constitución del psiquismo humano, el papel fundamental proviene de las presiones culturales en conflicto, cuyas exigencias provenientes de la estructura social, son causantes de la enfermedad mental. Los más importantes son: Horney, E. Fromm y Sullivan.

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