ESCUELAS
ORGANOGENETICAS
Esta denominación tiene
su justificación en tanto que comprendemos que las diversas posturas que
asimilamos a esta categoría admiten todas ellas la hipótesis de que el origen
de la enfermedad mental estaría relacionado, estaría situado esencialmente en
una insuficiencia, una lesión, un desequilibrio a nivel somático.
Si bien ese elemento de
identidad nos permite situarlas en un conjunto, existirán desarrollos
actualizados que no admitirán esta fragmentación del ser humano. Estas posturas
en su modo más radicalizado sostendrán el “organicismo” que en disputa con el
“psicologismo” dio origen a acaloradas como estériles discusiones a lo largo del
tiempo.
Este organicismo seria la
bandera de cohesión que esgrimió la tradicional Psiquiatría Clásica.
Citaremos a K. Schneider
por considerarlo conspicuo representante de esta posición: “El concepto de
enfermedad es precisamente para nosotros, en Psiquiatría estrictamente
médico, enfermedad propiamente dicha no existe sino en lo somático, y
denominamos morboso a lo psíquicamente anormal cuando es susceptible de ser
referido a procesos orgánicos morbosos” (…) “No conocemos los procesos morbosos
que se hallan en la base de la ciclotimia y la esquizofrenia. El que se hallen
fundamentalmente sobre enfermedades constituye una conjetura que goza de sólido
apoyo. La herencia frecuente, las vinculaciones con los procesos genéticos y
las alteraciones somáticas generales que muchas veces se hallan no son para
ello tan importantes como los siguientes hechos psicopatológicos: El que
aparezcan, entre otros, síntomas tales que no guardan analogía alguna con la
vida psíquica normal y con sus variantes anormales. En su abrumadora mayoría no
se puede referir estas psicosis a vivencias, no se hallan motivadas por éstas.
No son influidas en modo apreciable por tratamientos psíquicos, sí, en cambio
mediante tratamientos somáticos.
Más ante todo quiebran
las leyes y normas que rigen la continuidad del sentido del desarrollo vital”…
“Una interpretación especulativa que los considerase como reacciones de
conflicto enmascaradas (“neurosis”) es para nosotros absolutamente inadmisible.
¿Es posible imaginar que
“el ama” se puede transformar por sí sola de un modo tan grotesco sin que ello
sea causado por una enfermedad del cuerpo?... Mucho se habla hoy del origen
psíquico de enfermedades, de su psicogénesis. A este respecto diremos lo
siguiente: La enfermedad posee (como todas las cosas) no solamente unas muchas
de hecho, infinitas condiciones determinante. Aquel factor (conocido o
desconocido) del haz causal, sin el cual la enfermedad no podría ser, no es
jamás de naturaleza psíquica”.
Creemos que el párrafo
con que termina el artículo de Schneider es de suma importancia por las
repercusiones que trae aparejado:
“Un más profundo motivo
de la tendencia de “psicologizar” las enfermedades residiría quizás en la
necesidad de convertir la enfermedad en algo subordinado al hombre, mediante su
inclusión en vinculaciones de motivos… para lograr así su dominio. No se quiere
soportar nada, pues uno mismo es quien quisiera conducir por sí mismo. Un
alzamiento titánico contra el destino y sus fundamentos metafísicos”.
Es interesante observar
la critica que hace Rafael Paz a los conceptos de Schneider, para esto
citaremos un párrafo de su libro “Psicopatología”: “Lo grotesco, o sea lo raro,
lo desagradable, lo psicótico, no puede ser sino corporal. “Cuerpo connota así
todas las determinaciones desconocidas del comportamiento”.
Este pensamiento se apoya
en elementos reales: La existencia de trastornos cualitativamente distintos es
un hecho que se impone por evidencia empírica, pero el problema no concluye
aquí, sino que comienza. ¿ Qué hacer con
lo nuevo?
Una posibilidad es apelar
a un concepto límite, expresado aquí con la idea de “cuerpo”, ya que no
funciona en el nivel empírico, como síntesis de observables, sino ideológico.
En él, constituido como
zona muda de la teoría, se depositarán todas las determinaciones vinculares y
sociales no exploradas, para finalmente erigirlo en misterio y asignarle un
carácter irreverente a la intención investigadora.
La ecuación:
Enfermedad-médico-organicidad se muestra evidente y verdadera en la medida en
que refleja un universo asociativo familiar, por lo que impone como dato “a
priori” y cierra la posibilidad de un diálogo más profundo”.
Por supuesto no todos los
autores que englobamos dentro de estas escuelas tienen un “afán” filosófico tan
elevado como Schneider. Sintéticamente podríamos decir que existe toda una
corriente dentro de esta escuela que denominaremos de orden mecanicista. Esta
considerará que la patología mental es el resultado de una alteración
neurológica y ésta se traducirá de un modo lineal, directo (sin mediación) de
las primeras.
El esquema de causación y
formación que proponen es “restrictivo” ya que supondrán la enfermedad mental
como un conjunto semiológico, o sea que nos encontramos ante un orden de
recorte y definición implícita de la enfermedad mental a través de una teoría
etiológica.
La etiopatología variará
según los recortes somáticos. La teoría de las localizaciones pondrá su acento
en el de las lesiones cerebrales. La teoría bioquímica lo harán las
alteraciones metabólicas. La teoría reflexológica identificará debilidades
funcionales en la constitución cerebral. La psiquiatría bilógica que agregará a
los factores antedichos las anomalías genéticas.
Para toda esta concepción
de la enfermedad mental sería englobada como una enfermedad orgánica más, y
para ser más específicos, como una enfermedad cerebral. Su preocupación, por lo
tanto, será determinar esos puntos, zonas, localizaciones, estructuras, que se
hallan afectadas.
Esta corriente
mecanicista sostenida por la psiquiatría bilógica se ampara en su ejemplo
prototípico, el cual se refiere a la etiología de la P.G.P. Así se hablara de
la causa, un treponema, una lesión: La meningoencefalítis, y un síntoma, el
delirio eufórico.
Esta tríada: Causa,
lesión, síntoma, compondrá el vector causal. Y si bien este sistema etiológico
no ha podido ser demostrado en otras patologías mentales, es en su ratificación
que se hallaran abocadas la psiquiatría mecanicista.
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