ESCUELAS
PSICOGENETICAS
Intentaremos, al igual
que lo hicimos con las escuelas anteriores, describir aquellos ejes
primordiales que cada una de las escuelas psicológicas privilegiará, en
relación al concepto de salud y enfermedad mental.
Todas ellas desde la
psicología del siglo XIX y su taxinomia de las funciones, hasta el
psicoanálisis francés contemporáneo impregnado del estructuralismo, de la
dialéctica hegeliana y la antropología han delineado, de alguna manera, con o
sin intenciones de hacerlo, conceptos que pueden adscribirse a nociones de
salud y enfermedad mental.
Como decíamos, la
psicología del siglo XIX, comprendía los estados patológicos por las
disminuciones o aboliciones de distintas funciones o aptitudes, alteraciones de
la memoria, la atención, la inteligencia, del campo de la conciencia, etc.
Estas conceptualizaciones entrarán en crisis con la ruptura epistemológica
efectuada por Freud con el descubrimiento del inconsciente; dividiendo así en
forma tajante, la historia misma de la psicología, esta ruptura entonces relacionará
a los procesos patológicos una determinación inconsciente; esta determinación
nos ligará al persistente trabajo de lo inconsciente en su búsqueda de
realización de deseos. Lo inconsciente parecerá en sus efectos, en las
formaciones de su lógica: Actos fallidos, sueños, chistes.
Tres textos se
constituirán así, en ejes primordiales para la comprensión de sus
manifestaciones, “Psicopatología de la vida cotidiana”, “La interpretación de
los sueños”, y “El chiste y su relación con el inconsciente”.
Así, la psicopatología
abarcará también a los procesos de la vida cotidiana, despojándose del saber
positivista que la constituía hasta entonces. Los síntomas como producciones
metafóricas funcionarán como significantes en el orden de un discurso y como
producciones transaccionales intersistémicas.
En desarrollos
posteriores del pensamiento freudiano, G. García dice: “El discurso
psicoanalítico es el lazo social determinado por la práctica del psicoanálisis:
Allí no se aloja ninguna taxinomia. No hay otro bien que el biendecir, pro el
biendeceir no dice dónde está el bien (la normalidad, la salud, la madurez,
etc.)”.
Siguiendo la idea de
sobredeterminación inconsciente podemos citar a Rafael Paz: “El concepto
freudiano de sobredeterminación, ocupa, en este sentido, un lugar peculiar en el
sistema, pues cabalga sobre ambos sistemas.
En efecto, en un sentido
representa “la concurrencia de varios factores, para dar nacimiento a una de
estas afecciones (J. Laplanche y Pontalis), en otro la convergencia en un
síntoma o en una representación onírica de múltiples significados, de tal forma
que el análisis de aquel conducirá, por la arborescencia de los significantes
hasta “nódulos compuestos por los recuerdos de sucesos o de procesos mentales
en los que ha culminado el factor traumático o ha hallado la idea patógena su
más puro desarrollo (U.L. y J.P.)
Estos desarrollos nos
remiten al concepto freudiano de series complementarias, factor constitucional,
experiencia infantil y desencadenante, que junto a los criterios de regresión y
fijación articularán la conformación de las distintas estructuras patológicas.
El criterio de normalidad
en Freud estará vinculado a la sexualidad y su desarrollo, así la síntesis
genital constituirá el modelo de salud, éste podrá ser relativizado, a la luz
de la contingencialidad objetal, de la pulsión, el goce de las parcialidades,
la capacidad erógena del cuerpo en su totalidad, la subversión del cuerpo de la
anatomía, etc.
El intento, entonces, de
definir la relación sexual normal, se entenderá por la proposición de delimitar
el campo de lo femenino y lo masculino por sus avatares a la castración, lugar
de la diferencia sexual.
Otros de los criterios de
enfermedad mental, donde quedaría implícito el de salud, es el que comprende la
noción de conflicto, generalmente entre pares opuestos (pulsión del yo vs.
Pulsión sexual; Eros vs. Tánatos) así como la oposición intersistémica
(oposición entre instancias) estos conflictos devendrán síntomas, como
formación transaccional, transitoria o permanente. Ahora bien, deberemos entender
esa producción no sólo en su carácter negativo sino en su positividad
restitutiva. El sujeto en Freud es conflicto, la idea de homeostasis derivada
de la teoría económica lo confirma.
Desarrollos posteriores a
Freud, como los efectuados por Melanie Klein, establecerán también desde
posiciones psicoanalíticas algunos criterios de normalidad. S. Isaac establece
que lo normal estriba en la forma en cómo son tratadas las fantasías
inconscientes los procesos por medio de los cuales son elaborados y
modificadas, y no de la gratificación directa o indirecta que logran en el
mundo real. Y por último, el grado de adaptación al mismo que estos mecanismos
permiten.
Otro desmembramiento de
la teoría psicoanalítica, y que resulta de cierta utilidad para la delimitación
del campo de la salud y la enfermedad mental, lo constituye el desarrollo
efectuado por E. Erikson. Este describe a la personalidad como víctima del
devenir azaroso de la vida donde quedarán combinadas fuerzas pulsionales, sociales,
culturales, etc.
En este devenir
puntualiza ocho momentos donde establece distintos conflictos a los que llamará
psicológicas y que ordena de la siguiente forma:
Crisis psicológicas
|
Radio de relaciones
|
Fases psicosexuales
|
Sentido
|
Confianza vs. desconfianza
|
Persona materna
|
Oral
|
Confianza básica
|
Autonomía vs. Vergüenza
y duda
|
Personas parentales
|
Anal
|
Autonomía
|
Iniciativa vs. culpa
|
Familia básica
|
Fálica
|
Iniciativa
|
Industria vs.
inferioridad
|
Vecindario, escuela
|
Latencia
|
Industria
|
Identidad y repudio vs.
Difusión de la identidad
|
Grupo de pares
|
Pubertad
|
Identidad
|
Intimidad y solidaridad
vs. aislamiento
|
Amigos, sexo,
competencia
|
Genitalidad
|
Intimidad
|
Generatividad vs.
Absorción en sí
|
División del trabajo
|
Genitalidad
|
Generatividad
|
Integridad vs.
Disgusto, desesperación
|
“Humanidad”
“Los míos”
|
Vejez
|
Integridad
|
Dentro del saber
psicológico también se encuentra la teoría cognoscitiva de Piaget, que tampoco
podrá eludir alguna definición sobre el problema de la enfermedad mental. Piaget
concibe un orden universal donde la ciencia está interrelacionada, propone una
unidad de todas las cosas biológicas, sociales, psicológicas e ideacionales,
por ende cualquier variación en esta unidad producto de alguna desviación
cultural o hereditaria es una consecuencia del proceso regular del desarrollo.
Maier al referirse a los
criterios etiológicos planteados por Piaget en relación a la conducta humana
dice: “Su teoría del desarrollo cognoscitivo en una cadena de supuestos que
hayan explicación en dos aspectos diferentes de su teoría del desarrollo:
Primero, el crecimiento bilógico apunta a todos los procesos mentales como
continuación de procesos motores innatos; y segundo, en los procesos de la
experiencia –el origen de todas las características adquiridas- el organismo
descubre la existencia separada de lo que experimenta. En otras palabras, no es
tanto la maduración como la experiencia lo que define la esencia del desarrollo
cognoscitivo.
Al experimentar sus
propios reflejos innatos, el individuo se ve llevado a utilizarlos y a
aplicarlos, y de ello se desprenden la adquisición de nuevos procesos
conductales. Por consiguiente la adquisición de sistemas humanos de
organización no es puramente social ni enteramente un resultado de la
maduración; estos sistemas se originan más bien en las pautas naturales de vida
de un individuo. De acuerdo con las palabras de Piaget, son una ley de la
naturaleza. La evolución de la organización cognoscitiva se explica mediante
dos supuestos diferentes, surgidos alternativamente por Piaget:
1) La organización y la
intervención de los objetos, el espacio la casualidad y el tiempo implica la
existencia a priori de pautas definidas del desarrollo intelectual.
2) El intelecto organiza
su propia estructura en virtud de su experiencia con los objetos, el espacio,
la causalidad y el tiempo y la interrelación de estas realidades ambientales.
Piaget intentará una
correlación entre afectividad y estructura lógica, a partir del mismo proceso
humano así el afecto y la inteligencia constituirán las dos caras de una misma
moneda; Piaget dice: “Ambas están siempre reunidas, como una unidad. Ambas
contribuyen a la adaptación del ambiente. La razón y los sentimientos no son
facultades independientes, siempre están unidas en los hechos. No amamos sin
tratar de comprender y ni siquiera odiamos sin un empleo sutil del juicio”.
Maier sintetiza esto
diciendo: “Por lo tanto, la teoría de Piaget descansa en el supuesto de que la
personalidad humana se desarrolla a partir de un complejo de funciones
intelectuales y afectivas, y de la interrelación de las dos funciones. Los
procesos intelectuales orientan al individuo organizado e integrado estas
funciones de la personalidad humana”.
Así entonces la idea de
salud desarrolladas por Piaget tendrán directa articulación con la idea de
equilibrio, el desarrollo humano se efectuará en una serie progresiva de
intentos de equilibrar formas (adaptación y acomodación). Cada uno de estos
intentos descansará sobre adquisiciones previas que sedimentan a su vez los
fundamentos de ulteriores formas.
Si bien pudimos observar
que todas las teorías psicológicas se encuentras afectadas por la influencia de
las escuelas sociológicas su punto de contacto es débil, centrándola más bien
problemática de la salud y enfermedad mental en causales endógenas al sujeto en
riesgo de caer en el llamado psicologismo.
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