Conceptos introductorios
Desde
la antigüedad se consideró al trabajo como un castigo, como una maldición, como
algo que se hacía solamente por una necesidad absoluta y que sometía al hombre
a tener que trabajar para comer.
Es
decimos hoy una necesidad pero una necesidad que la vida nos impone a tal punto
que algunos autores la designan como una necesidad biológica, como el juego lo es
para el niño, el trabajo lo es para el hombre.
Popularmente
pensamos que jugar es agradable y el trabajo en cambio no lo es.
Si
bien hay trabajos que si podemos considerar penosos como por ejemplo el que
realizaban los esclavos, y que no correspondía a ninguna necesidad de su ser
más íntimo sino a la voluntad de un otro, y el esclavo no le veía finalidad a
su quehacer, el trabajar por trabajar se constituyó¢ en un castigo y no en algo
que beneficia al hombre.
En
los tiempos modernos que vivimos después de grandes movimientos sociales el
trabajador tomó¢ mayor conciencia de la importancia de su hacer en la vida política,
económica y social.
Diferencias entre juego y trabajo
Siempre
diferenciamos desde lo popular el trabajo y el juego como lo penoso y lo
agradable. Pero en realidad juego y trabajo se diferencias por las distintas
finalidades que tienen.
Trabajo
-
El trabajo tiene una finalidad exterior:
trabajamos para lograr un fin que no es el trabajo mismo sino un otro objetivo
por ejemplo un objeto determinado, entonces el trabajo es considerado como un
medio para llegar a un fin, para alcanzar el objetivo deseado.
-
En el trabajo incluimos el carácter de
obligatoriedad, pues incluso el fin que nos proponemos alcanzar por medio del
trabajo viene impuesto por exigencias de la vida.
- Son necesarias algunas condiciones intrínsecas
para la realización de las siguientes finalidades:
§ el
fin que nos proponemos en el trabajo
§ las
condiciones que el medio nos impone
Juego
Tienen
una finalidad intrínseca: el juego es un fin en sí mismo.
Careciendo
de una finalidad exterior se basta a sí mismo.
No
tiene carácter de obligatoriedad.
Es
una actividad libre y espontánea y no es impuesta por una necesidad proveniente
del exterior.
No
rigen para el juego las condiciones intrínsecas que sí rigen para el trabajo
puesto que el juego no persigue una finalidad consciente fuera de la actividad
misma.
En
el juego hay una finalidad es una finalidad profunda pero inconsciente.
El
niño cuando juega lo hace de cuerpo y alma y de manera inconsciente cumple un
designio de la naturaleza: se desarrolla y se prepara para la vida adulta, el juego
desde este punto de vista es un ejercicio para la actividad futura.
Desde
un punto de vista objetivo no encontramos diferencias mayores entre juego y
trabajo, pues ambas tiene resultados externos, distinguiendo que en el juego
esos resultados son poco duraderos y el valor que le adjudicamos es escaso, en
cambio los resultados obtenidos por el trabajo los consideramos permanentes y
valiosos.
Desde
un punto de vista subjetivo en el juego gozamos del acto realizado gozamos la
actividad sin tener en cuenta el resultado, en cambio en el trabajo es el fin
perseguido lo que deseamos, por eso decimos que el trabajo solo es un medio
para alcanzarlo.
Hay
importantes diferencias desde el punto de vista fisiológico entre el juego y el trabajo:
El
juego como generalmente es de corta duración no produce la misma fatiga que
produce el trabajo que es constante y de larga duración dirigiendo la energía siempre
hacia la finalidad que deseamos, implicando esto un esfuerzo sostenido. Hay
trabajos como por ejemplo el trabajo artístico que tiene un fin en sí mismo y
por eso algunos autores dicen que es algo análogo a la actividad lúdica,
dejando de tener un fin en sí mismo cuando el artista o el deportista sólo lo
hacen para ganar dinero.
Gregorio Fingermann habla de cinco
caracteres del trabajo:
1. la
persecución de un fin
2. la
búsqueda de los medios
3. la
planificación
4. control
de los resultados
5. superación
de los obstáculos
Juego
Partiendo
desde un punto de vista antropológico podemos considerar al hombre como un ser
lúdico por excelencia.
Con
su instinto vital, el hombre juega, juega frente al azar de la vida y de la
muerte, y jugando moldea y le da sentido a su propia existencia.
Podemos definir a la actividad lúdica o juego como
aquello que se origina en la conducta instintiva y se hace posible con el
margen de seguridad en el que tiene su sede la libertad.
La
actividad lúdica precede a la necesidad humana de la libertad y el carácter
lúdico es además una liberación de energías, sería la más potente liberación de
energía de las tendencias instintivas.
Buytendijk considera que el fenómeno
lúdico origina el sentimiento de libertad.
El
juego sería una lucha por alcanzar algo o bien una lucha por ver quién es el
mejor.
La
importancia de la actividad lúdica en la sociedad humana está dada
fundamentalmente por dos factores:
A)
La influencia del juego en la formación
de la personalidad:
El infante por medio
del juego descubre el mundo y además logra externalizar y resolver conflictos
durante los primeros años de vida. Dividimos aquí al juego en dos etapas:
a. juego
sensorio-motriz con imitación simple
b. juego
simbólico o de imaginación.
Es
importante entonces destacar que el juego apuntala y posibilita el desarrollo
psíquico del hombre. Por imitación los niños ejecutan movimientos que
favorecer n su propia maduración. Aprenden a jugar roles por imitación y
luego en un momento de mayor evolución aparece el juego simbólico o de asimilación,
pudiendo entonces reemplazar simbólicamente con los medios que disponen los
distintos elementos. A medida que
crecemos y ya de adolescentes los juegos y los deportes van adquiriendo mucha
importancia para la consolidación del yo, favoreciendo las conductas sociales y
aliviando las tensiones adolescentes. A través del enfrentamiento creativo y
avalado por el impulso lúdico el hombre enfrenta las tensiones y construye su
vida, la cultura y la civilización, elegir con plena libertad y hacer su proyecto
de vida, con la mayor autenticidad posible.
B) El juego en la cultura y en la organización
social actual: Constantemente la cultura se enriquece
con la actividad lúdica. En nuestra época la actividad lúdica perdió algo de su
primitiva pureza y vemos el auge de los deportes reglados que se transformaron
en grandes emporios económicos, con la profesionalización y las apuestas, tanto
que algunos sociólogos lo dan en llamar "la industria del deporte".
Pero
a pesar de algunos de estos factores un tanto negativos decimos que el juego
como lo conocemos hoy sigue teniendo trascendencia social para las naciones.
C) El homo ludens actual y el homo
ludens futuro:
El
componente lúdico sigue siendo el motor generados de la creatividad humana aun
en nuestros días, aunque la compleja‚ poca que nos tocó vivir nos hizo perder
la inocencia pueril de otras épocas.
Gustav Bally dice: "el
hombre a través del juego se muestra a la altura de la libertad, la asegura y
le proporciona durabilidad".
Los
conocimientos actuales de las ciencias se deben al espíritu lúdico que siempre
acompañó al hombre y que junto con la imaginación y la fantasía creadora junto
con la razón le ayudó a descubrir y
perfeccionar su mundo.
En
la era tecnológica vemos que el hombre perfecciona sus posibilidades de
realización, crea máquinas cada vez más complejas, pagando un precio alto
muchas veces quedando prisionero de lo mismo que él creó. “¿Cómo será
nuestro homo ludens del futuro?” no lo sabemos a ciencia cierta pero podrá
jugando en el marco de la libertad y aplicando la imaginación trascender en su
esencia lúdica más pura.
Por
medio de la Psicología Laboral hemos averiguado que existen ciertos tipos
humanos con una inclinación mayor hacia el trabajo.
Los
seres humanos tenemos diferencias individuales, distintas aptitudes y distintas
inclinaciones. Se hace imprescindible entonces determinar cada una de estas
inclinaciones y aptitudes para situar a cada trabajador en un puesto de trabajo
determinado y así lograr que cada quien estará en armonía con sus capacidades
particulares así lograremos fomentar la laboriosidad de cada trabajador.
La
LABORIOSIDAD es aquella situación en la cual cada trabajador procura y consigue
una producción óptima, desarrollando a la vez su personalidad y sus
potencialidades dentro de un ambiente social que le es favorable en cuanto a su
incorporación al grupo.
Para
comprender mejor el concepto de laboriosidad debemos primeramente conocer muy
bien el trabajo a realizarse, su técnica, su importancia personal y social, en un segundo
momento debemos procurar que dicho trabajo convenga a los hombres según sus
personalidades y aptitudes, conociéndolo en todos sus aspectos.
También
es importante procurar adaptar el proceso del trabajo al ambiente social en el
cual se realiza. La adaptación de
las maquinarias y herramientas necesarias para la ejecución del trabajo, y las
condiciones ambientales, el sistema de retribución y las buenas relaciones
entre los miembros del grupo ser n los medios para conseguir un mejor
desempeño.
El
concepto "TRABAJAR" está íntimamente relacionado con el concepto de
"PRODUCIR".
Entonces
trabajar es producir, diferenciándose del juego y de las diversiones.
En
el trabajo procuramos ordenar la producción de distintos objetos que satisfacen
nuestras necesidades y nuestras demandas.
La
técnica avanza a pasos agigantados en nuestros tiempos y trae aparejada la
siguiente preocupación, exige una perfecta adecuación del trabajador a las
nuevas técnicas de producción para aumentar las mismas.
Sin
embargo cuando esa adecuación del trabajador a las nuevas técnicas no se
efectúa o se efectúa de manera deficiente surgen tensiones que perjudican la
salud física y la moral del trabajador, y acarreando conflictos entre los
compañeros de trabajo y los empleadores, repercutiendo todo esto claro está en
la producción, tanto sea en la calidad como en la cantidad de la misma.
Es
por lo tanto de relevada importancia la buena adecuación del trabajador a su
trabajo en base a sus aptitudes naturales para la tarea que se le asigna, para
el normal desenvolvimiento de una empresa. Si enfocamos el tema del trabajo desde
lo social veremos que este enfoque social del trabajo exige que cada trabajador
dentro de un grupo de trabajo tenga la máxima eficiencia posible en la tarea
que se propone emprender. Esto obedece a dos razones fundamentales una de ellas
es de origen individual y la otra es de origen social. El trabajo es el soporte
no solamente en lo económico sino también en lo moral del individuo.
El
trabajo resulta una bendición cuando el trabajador tiene conciencia de ser
productivo, eficaz, y recibe satisfacciones no solo de sus jefes sino de él
mismo ya que genera emociones de alegría y optimismo.
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