La empresa socrática de penetrar
con las armas de la razón en la realidad que nos rodea y ascender a la serena
contemplación de la verdad ganó para la filosofía a uno de los más grandes
espíritus de la humanidad: Platón (que era llamado así de una manera familiar
por sus amigos en virtud de sus anchas espaldas), cuyo verdadero nombre era
Aristócles. Tenía un espíritu de gran sensibilidad estética y supo recubrir su
pensamiento en la belleza del MITO y la FANTASIA.
Huyó siempre del dogmatismo y del
sistema cerrado para atenerse a la actitud humilde del rapsoda y del poeta que
se expresan por analogías y comparaciones. La misión filosófica de Platón
consistía en reparar la desgarradura que abrieron Heráclito y Parménides en la
concepción del Universo (Heráclito con su escepticismo y Parménides con su
panteísmo implican una actitud quietista).
Platón fundó el “Idealismo objetivo”, fue autor de más de treinta diálogos filosóficos (“El sofista”,
“Parmpenides”, “Teetetes”, “La República”, y otros).
Bernard Shaw ha escrito que él creía en
el progreso absoluto de la cultura como un algo inconcluso. Sin embargo, un día
abjuró públicamente de su progresismo, había leído a Platón. Si la humanidad ha
producido tal hombre hace veinticinco siglos, es obligado confesar que la
cultura no ha progresado en todos sus aspectos…
Mitos
Dos de sus más conocidos mitos son el del CARRO ALADO, que se encuentra
en su obra FEDRO, y el de l CAVERNA, que expone en el libro VII de LA
REPUBLICA. En el primero vamos a ver su concepción del universo y el viejo
problema del arjé o principio. El segundo, procura explicar cómo están
constituidas las cosas concretas, materiales de este mundo.
Dice con el FEDRO:
“El alma es semejante a un carro alado del que tiran dos briosos
corceles, uno blanco y otro negro, regidos por un auriga moderador”.
El caballo blanco simboliza el ánimo o
tendencia noble del alma, el negro, el apetito o pasión baja, bestial; el
auriga a la razón, que debe regir y gobernar el conjunto. El alma así
representada, mora en un lugar celeste o cielo empíreo, donde existía pura y
bienaventurada antes de encarnar en un cuerpo y venir a este mundo. En ese
mundo o cuelo de las IDEAS, el alma estaba como en su elemento sin experimentar
la contradicción entre la experiencia SENSIBLE y la INTELIGIBLE, porque allí
solo existía la visión intelectual. El alma en este lugar celeste “contemplaba
las ideas”.
Idea
¿Qué es idea para Platón?, ya que es la base de su concepción y difiere
de la acepción corriente. Para nosotros, la idea es algo mental, subjetivo: el
concepto que puede atribuirse a varios objetos a los que representa en lo que
tienen de común. Para Platón IDEA es algo objetivo; significa etimológicamente lo
que se ve, es universal, la esencia pura desprovista de toda
individualidad material, pero existente en sí fuera de la mente, con una
existencia purísima, perfecta, en aquel lugar bienaventurado donde el alma
vivió en un tiempo anterior.
El hombre en sí, el caballo en sí, la justicia en sí, son ideas
subsistentes del cielo empírico. Imaginemos por ejemplo una casa que ha sido
edificada. Por bien que se haya realizado el proyecto, su realidad será siempre
más imperfecta que el plano del arquitecto que la ideó. La propia idea del
arquitecto que se da en un cerebro material e imperfecto, no alcanza tampoco a
la idea en sí, cuya pureza y perfección están por
encima de toda limitación de la materia. “Aquel lugar supraceleste (el lugar de
las ideas), ningún poeta le alabó bastante, ni habrá quien lo alabe dignamente
porque la esencia existente en sí misma, sin color, figura ni tacto, solo la
puede contemplar el puro entendimiento”.
En la vida celestial de algunas almas
sobreviene sin embargo, una caída. El caballo negro, la pasión, cuyo tirar
torcido y traidor, puede en un momento más que el blanco… Hallamos aquí quizás
un eco lejano de la revelación primitiva del pecado original como encuentra en
muchos de los más viejos textos de la humanidad. A consecuencia de esta
caída, el alma desciende a este mundo y se une a un cuerpo al que permanecerá
adherido como la ostra a una concha. En su nuevo y desventurado estado ha
olvidado las ideas que antes había contemplado directamente y de una manera
intuitiva. Ahora va a tener que conocer a través de los sentidos corporales y
sólo va a percibir cosas concretas y singulares.
El conocimiento intelectual
se realiza así según Platón: (por recordación) (anamnesis).
El segundo mito, el de la Caverna sugiere lo que Platón
piensa sobre la naturaleza de las cosas concretas y materiales de este mundo.
La condición humana es semejante a la de unos prisioneros que desde su infancia
estuvieron encadenados en una caverna oscura obligados a mirar a la pared de su
fondo. Por delante de la caverna cruza una senda escarpada por la que pasan
seres diversos. Los encadenados que solo conocen las sombras, dan a éstas el
nombre de las cosas mismas y no creen que exista otra realidad que no sea la de
ellas. Las sombras serían un no ser, este caballo concreto, por
ejemplo, participa por una parte en la idea de caballo y se le hace ser lo que
es, pero por otro está inserto en la materia y esto le hace no ser el caballo
–en-si, el caballo perfecto, sino esta caballo individual, imperfecto,
temporal, en tránsito continuo hacia la muerte.
La materia es así, para Platón, algo negativo, oscuro y
opaco. Las cosas porque son materiales, son como las sombras, solamente
trasuntos de aquello que les confiera su única y débil identidad: la idea,
que es la verdadera y subsistente realidad. El fin último del alma que ha
caído y se ha encarnado en un cuerpo, es purificarse de la materia y elevarse a
la pura contemplación de las ideas, liberarse de las sombras y buscar lo
que realmente es. Para lograr esto, es necesario practicar la VIRTUD.
La virtud es, para Platón, la armonía del alma, un estado de
tensión de las diversas partes del alma y una justa proporción entre ellas.
Al ánimo o apetito noble corresponde la
fortaleza virtud que lo estimula y mantiene vigoroso y esforzado,
el apetito inferior o pasión debe ser refrenado por la templanza, la
razón debe ser guiada por la prudencia, la armonía en
fin de estas partes del alma constituye para Platón la virtud de la
justicia. Las almas que por la virtud y la contemplación ascienden
a la esfera inteligible, transmigran al morir a seres superiores, o se liberan.
Las que se enlodan en cambio en los bienes y placeres materiales, reencarnan en
animales inferiores más alejados del mundo inteligible.
Pero Platón no sólo construyó una metafísica, sino que también se ocupa
de elementos concretos, como la estructura del cuerpo del hombre, los sueños,
la sensación, la imaginación, la memoria, etc.
Estructura del cuerpo
Dice que la parte más importante es la MÉDULA.
El CEREBRO, sería una porción de ella encerrado en el cráneo, y es
redondo, ambos, el cerebro y médula son los vehículos de la
fuerza vital ya que sobre ellos actúa el alma. La parte racional del alma actúa
sobre el cerebro, la más irracional actuaria sobre la médula.
Luego habla también de la columna vertebral, el esqueleto en general,
los tendones y la carne.
Dice que la carne obstruye
la sensibilidad, por lo tanto las partes más sensibles del cuerpo
tienen una capa de carne más fina. La única excepción seria la lengua, ya que
su carne se encuentra dotada de un poder especial para discriminar la
sensibilidad.
Alma
Todo el organismo trabaja constantemente asimilando materia nueva y
expeliendo material gastado análogamente a lo que sucede con las actividades de
inspiración y expiración.
Este cuerpo tiene un principio vital o alma, la cual está formada por
una parte racional creada por Dios y colocada en la cabeza y una parte
irracional creada por el demiurgo y colocada en el cuerpo.
El alma irracional tiene dos partes: una mejor y una peor. La primera se
encuentra en el corazón, y funciona en manifestaciones de la
vida, tales como: la energía, el coraje, y la ambición. La
peor se encuentra ubicada debajo del diafragma y funciona en manifestaciones
como: el deseo, el apetito, y la nutrición.
El hígado según él actúa como un espejo del pensamiento cerca de él encontramos el
bazo, que actuaría como una esponja para mantenerlo limpio. Es decir que el
hígado refleja el pensamiento es una imagen, en realidad nos dice que el hígado
tiene un poder de reacción controlado por la ley “lo semejante percibe a lo
semejante”. El poder del pensamiento es como el elemento ácido en el hígado por
lo tanto es capaz de imponer al hígado una actividad simpática. Ello explica
por qué algunas personas no sólo saben que una cosa es mala,
sino que también experimentan un categórico disgusto por ella. “Una sensación
de su maldad”. ¿Podemos equiparar esto lo que actualmente llamamos TELÉ?
Sueños
Según Platón, la característica del dormir es la separación del alma
respecto de las influencias externas. Los movimientos del alma, se calman en
las horas de oscuridad. Pero a veces queda cierta agitación. “Si la quietud es
profunda nos dormimos con pocos sueños, pero si han quedado algunos de los
movimientos más vigorosos, según su naturaleza y los lugares en que hayan
quedado, engendran visiones que se corresponden con ello en su tipo y número”.
Con respecto a los sueños, Platón habla en forma un poco incierta.
Algunas veces los considera como: una actividad de la parte deseosa
del alma, y en La República, por ejemplo, decía que eran la
expresión de deseos comúnmente reprimidos. Durante el dormir, el
alma racional (si las partes irracionales no la molestan), es capaz de llegar a
verdades que de otro modo no se revelan.
Sensación
La sensibilidad no es tan coetánea con la vida, pues al comienzo el alma
carece de ella a causa de la condición caótica del organismo entero. Pero a
medida que se va danto cierto orden, los órganos de los sentidos comienzan a
actuar.
Toda sensación es un modo de percibir la fuerza externa.
Las partes sensibles tienen la característica de moverse fácilmente y de
transmitir el movimiento que se reparte por todo el organismo, y de esa manera
llega al alma.
La sensibilidad de la lengua es causada por
partículas que contraen o relajan los vasos de ella. Los objetos del gusto son:
a) amargo
b) salado
c) ácido
d) dulce
Las sensaciones olfativas
Se producen a través de las venas próximas a la nariz, que son demasiado
angostas para admitir partículas de tierra o de agua y demasiado amplias para
ser excitadas por las del fuego y las del aire. Las partículas toscas son
irritantes o dolorosas y las partículas más pequeñas serian calmantes o
agradables.
El sentido auditivo
Sería el resultado de una impresión o
choque. La palabra es una especie de golpe que se transmite a través de los
oídos y por medio del aire que existe en las cavidades del cuerpo llega hasta
el alma.
Conocimiento
No consiste en sensaciones (en realidad él las llama: “afecciones”, sino
en la actividad de la mente que las piensa y está compuesta por funciones como
la memoria, la asociación mental, la imaginación, y la emoción.
- La memoria: Es la
conservación de la sensación. Lo opuesto a recordar es olvida y lo que está
olvidado, para el alma no existe. Distingue dos sensaciones que pueden ser
recordadas y aquellas que son imposibles de recordar. Algunas sensaciones del
organismo “se sofocan y nunca llegan al alma, y por lo tanto, de ellas no
existe memoria”.
- La asociación mental: En Lysis, Platón
dice que uno puede gustar de una persona o cosa a causa de alguna otra persona
o cosa. En el Fedón dice: una lira me recuerda al que la toca, o un cuadro a la
persona retratada. La palabra fantasía sugiere en Platón lo irreal como opuesto
a lo real, el arte de lo fantástico es el arte de producir apariencias.
- La imaginación
- La emoción
Sentimiento: Todo deseo es un movimiento del alma
desde un estado de carencia hacia un estado de plenitud. En algunos casos
descansa en la experiencia y el deseo es una propensión hacia un
objeto o estado dado en una experiencia anterior. El “instinto” es
el esfuerzo normal del lama hacia su realización genuina o real.
Distingue entre deseos primarios y secundarios o innatos y adquiridos.
La carencia es debida a una condición del cuerpo. La satisfacción es lo opuesto
a la carencia. Puesto que el cuerpo se halla ocupado por la carencia, lo que se
relaciona con la plenitud, debe ser el alma. El deseo entonces es una función
no corporal, pertenece al alma e implica la memoria.